Internacional

La dura historia de Víctor Escobar: Aplican primera eutanasia en Colombia a un paciente no terminal

8 de enero de 2022

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Víctor Escobar, de 60 años y quien padecía la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), diabetes e hipertensión, entre otros problemas, se convirtió este viernes en el primer colombiano en recibir la eutanasia sin ser un paciente terminal y tras haber tomado la decisión de tener «una muerte digna».
«Se logró llegar al objetivo de que pacientes como yo (…) llegáramos a ganar esta batalla, que abre las puertas para los demás pacientes que vienen detrás de mí y que, en estos momentos, desean una muerte digna», dijo Víctor en su mensaje de despedida antes de ser internado para el procedimiento en una clínica de Cali (suroeste).
Este hombre, que en las múltiples entrevistas que le realizaron en las últimas semanas mostró dificultades para hablar y moverse, es el primer colombiano en recibir el procedimiento desde que la Corte Constitucional lo autorizara en julio para pacientes con enfermedades no terminales.
El fallo de la Corte, que modifica el «homicidio por piedad» del Código Penal y que antes contemplaba penas de hasta 54 meses de prisión, anula ese primer requisito de que la persona que lo solicite padezca una enfermedad terminal, y lo hace motivado por las barreras que aún persisten en el país para ejercer este derecho.
«Este es un momento muy importante para Colombia, es el primer paciente a nivel de Latinoamérica que va a recibir la eutanasia sin ser un paciente terminal», afirmó el abogado de Escobar, Luis Giraldo, en un video publicado en sus redes sociales.

Eutanasia en Colombia

Los trámites en busca del procedimiento se han alargado dos años, pasando por tutelas y otros procedimientos jurídicos. Una sentencia de la Corte Constitucional les abrió la opción a quienes pasan un cuadro de salud de agobio que lleva a la crueldad.
El abogado Luis Carlos Giraldo, quien lo asesora, dijo que se logró un acuerdo con el comité científico de la empresa promotora de salud (EPS) y la clínica, bajo reserva.
Víctor Escobar, quien fue transportador, sufrió los estragos de un accidente grave hace 36 años, seguidos por enfermedad pulmonar obstructiva crónica (Epoc), diabetes, parálisis parcial e hipertensión en los últimos 15 años.
Este viernes, Víctor Escobar, padre de cuatro hijos, estará fuera de casa con su familia y disfrutará desde la mañana. Allí compartirá con Diana Nieto, su compañera desde hace 15 años.
Escobar insiste en que le ayuden a darle trabajo a ella, en especial en confecciones, para que pueda sostenerse.
A las 3:40 de la tarde llegará a su vivienda y después saldrá para la IPS que le realizará el procedimiento.
Solo hablará unos minutos y responderá a tres preguntas previamente conocidas.
No quiere que luego lo acompañen los medios por pedido de la institución prestadora de salud (IPS), una clínica, que requiere que se guarde su nombre en reserva.
«Compartir sus últimas horas junto a mí es enriquecedor, el mejor regalo que me dejará… ‘tráeme cazuela de mariscos y almorzarmos pues’… me contó muchas historias que serán plasmadas en un libro», apuntó el abogado Luis Giraldo Montenegro.

‘Respeto la decisión de don Víctor Escobar’: alcalde

Ante este caso, el alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, quien también es médico, considera que “es muy difícil emitir algún concepto frente a este caso, toda vez que, como médico, cuidar la vida es algo esencial y, por tanto, las esperanzas de esta siempre se deben mantener”.
El mandatario local agregó que la vida debe estar vinculada a una «buena calidad, a poder disfrutarla sin ser una persona dependiente ni que sufra por el dolor o la discapacidad o la no movilidad y, en ese sentido, trato de entender la decisión del paciente que se someterá a este procedimiento”.
Para Ospina Gómez, cada persona «debe tomar sus decisiones, acompañadas de facultativos que brinden la información suficiente y analizadas y valoradas desde distintos puntos de vista”.

Una historia dura

En juventud, Escobar era conductor de carro de carga y viajaba por carreteras colombianas.
Tenía 24 años de edad cuando se le rodó el carro a un compañero y él quedó aplastado contra su propia tractomula, a cuyo lado estaba parado. Pasó por múltiples tratamientos y tres cirugías de columna.
Después de un largo tratamiento se recuperó y pasó a otro espacio de trabajo en un laboratorio y cree que la presencia de asbesto lo afectó.
En octubre de 2007 sufrió el primer accidente cerebrovascular, que se produce cuando un coágulo o masa grasa obstruye el suministro de sangre hacia el cerebro. En enero de 2008 tuvo otro.
Sufrió, entonces, una hemiparesia derecha (condición neurológica que dificulta el movimiento de una mitad del cuerpo). También resultó con el agrandamiento del lado derecho del corazón.
Perdió memoria y debió acudir a terapias de reconocimiento para aprender a moverse e, incluso, a comer.
Luego le diagnosticaron enfermedad pulmonar obstructiva crónica (Epoc), que lo ha llevado a episodios de sangrado. En 2015 entró al quirófano por una nueva cirugía de columna. A ello se sumaron la diabetes y la hipertensión.
Luchó años por recuperarse, pero nunca encontró un proceso adecuado para vivir con dignidad.
 
EL Tiempo / EFE

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