Puerto Príncipe, Haití | AFP | Combinando carne, verduras, pasta y la calabaza giraumon, de la que toma su nombre, la «sopa joumou», antiguamente prohibida a los esclavos, es saboreada cada año el 1 de enero por los haitianos, para quienes simboliza la independencia de su país.
Esta sopa, que acaba de ser catalogada como Patrimonio de la Humanidad, fue durante mucho tiempo sinónimo de opresión en la isla caribeña: los muchísimos esclavos, que cultivaban la calabaza indispensable para su elaboración, se vieron privados de ella y su degustación era reservada para los dueños de plantaciones francesas.
Pero el 1 de enero de 1804, cuando nació la primera república negra, Marie-Claire Heureuse Félicité, esposa del primer líder haitiano Jean-Jacques Dessalines, decidió servir este plato en cantidad.