Internacional
La UE quema su último cartucho para detener guerra comercial con Trump
23 de julio de 2018
El titular de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, intentará el miércoles en Washington rebajar la guerra comercial abierta con el presidente estadounidense, Donald Trump, en medio de temores sobre su impacto en el crecimiento mundial.
La Unión Europea (UE) envía al jefe de la Comisión, encargada de la política comercial, luego de que los viajes en abril de los mandatarios de sus principales economías, la alemana Angela Merkel y el francés Emmanuel Macron, no impidieran los aranceles siderúrgicos de Trump.
Washington no sólo aumentó sus aranceles al acero y aluminio de la UE, y de otros socios como México o Canadá, en junio, sino que el ocupante de la Casa Blanca amenazó también con imponer derechos de aduana más elevados a sus importaciones de vehículos europeos.
La reunión con Trump representa una «ocasión para desdramatizar cualquier tensión potencial sobre comercio e implicarse en un diálogo abierto y constructivo con nuestros socios estadounidenses», dijo este lunes el portavoz del ejecutivo comunitario, Margaritis Schinas.
Juncker viaja sin «ofertas» de los europeos, precisó Schinas, intentando quitar hierro al encuentro con el imprevisible mandatario de Estados Unidos, que se celebrará en un contexto tenso sobre otros temas como el Acuerdo sobre el Clima, la OTAN o Irán, entre otros.
Tras su reunión en la Casa Blanca a las 13H30 de Washington (17H30 GMT), el titular del ejecutivo comunitario pronunciará un discurso a las 16H00 (20H00 GMT) ante el influyente club de reflexión sobre política exterior Center for Strategic and International Studies.
‘Provocaciones’
Estados Unidos fue el primer socio comercial de la UE en 2017 en intercambio de bienes, con un volumen total de 630.021 millones de euros. El comercio de maquinaria y equipamiento para transporte ronda el 44% entre ambos lados del Atlántico y en los dos sentidos.
La voluntad de Donald Trump de imponer mayores aranceles a los vehículos europeos podría así generar un mayor impacto que sus derechos de aduana al acero y aluminio, sobre todo para la primera economía europea, Alemania, donde ese sector cuenta con 800.000 trabajadores.
«Seguiremos respondiendo directamente a las provocaciones», advirtió el miércoles pasado el jefe de la Comisión Europea, institución que empezó a preparar una lista con productos de Estados Unidos a la que impondrían más aranceles en caso de concretarse la amenaza de Washington.
La canciller alemana, que el viernes expresó su confianza en Juncker para detener la escalada, se mostró favorable en julio a iniciar negociaciones internacionales para reducir los aranceles a la industria automotriz, pero con todos los socios de la UE.
Ésta grava actualmente con un 10% de derechos de aduana a los vehículos importados desde suelo estadounidense, incluso los fabricados por constructores europeos, mientras que Estados Unidos impone un 2,5%, salvo a camionetas y pick-ups (25%).
‘Pistola en la sien’
El conflicto es «la peor solución», advirtió Merkel. Y los posibles aranceles a los autos no sólo violarían las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), sino que también podría «poner en peligro la prosperidad de muchas personas en el mundo», agregó.
Las disputas comerciales abiertas por Trump dominaron las conversaciones de la reunión de los ministros de Finanzas del G20 el pasado fin de semana en Argentina, donde Washington urgió a la UE a hacer concesiones de cara a un acuerdo de libre comercio entre ambos.
«Si Europa cree en el libre comercio, estamos dispuestos a firmar un acuerdo de libre comercio sin aranceles, sin barreras no arancelarias y sin subvenciones. Tienen que ser los tres», dijo el secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin.
El ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, respondió rápidamente. «Rechazamos negociar con una pistola en la sien», apuntó en referencia a los aranceles a los productos siderúrgicos y a la amenaza de nuevos gravámenes a los autos europeos.
La llegada de Trump a la Casa Blanca en 2017 dejó en punto muerto las negociaciones entre los 28 y Estados Unidos de un controvertido acuerdo comercial, conocido como TTIP y que, como recordó en marzo la Comisión, buscaba eliminar los aranceles a los autos.
Los europeos aprovecharon el vacío dejado por un proteccionista Estados Unidos para impulsar su agenda comercial. Después de lograrlo con Canadá, la UE alcanzó acuerdos con Japón y México, y continúa sus negociaciones para un acuerdo de libre comercio con el Mercosur.
AFP