Internacional
Los naufragios se multiplican frente a las costas de Libia, aumenta balance de muertos
3 de julio de 2018
Tres naufragios y casi 180 muertos o desaparecidoe en cinco días en el Mediterráneo. El ritmo de partidas de migrantes, sobre todo africanos, desde Libia se aceleró tras un acuerdo europeo con el objetivo de duisadir para que no se hagan estas travesías.
Este martes, un nuevo naufragio reeditó el drama humano de la inmigración clandestina. Al menos siete personas, dos de ellas niños, perecieron y 123 fueron socorridas, después que su embarcación naufragara cerca de las costas libias.
Los cadáveres de los cinco migrantes no pudieron ser recuperados al llegar una embarcación libia, señaló su capitán. Otros dos niños fueron encontrados muertos a bordo sin que se conozcan más detalles.
El domingo, 63 migrantes desaparecieron tras naufragar su embarcación neumática con 104 personas a bordo frente a Libia, indicó este martes a la AFP el portavoz de la Marina libia, citando a los rescatados.
Según el general Ayub Kacem, fueron rescatados 41 migrantes con chalecos salvavidas. «Los guardacostas no hallaron cuerpos en el lugar», precisó.
La embarcación zozobró frente a las costas de Garabulli, unos 50 km al este de Trípoli.
Esta región es desde hace unos meses el principal punto de salida de embarcaciones neumáticas repletas de migrantes que quieren intentar la peligrosa travesía del Mediterráneo para llegar a Italia, distante unos 300 km.
Además de los 41 rescatados, un navío de los guardacostas libios atracó el lunes en Trípoli con otros 235 migrantes a bordo -incluyendo 54 niños y 29 mujeres-, rescatados en otras dos operaciones en la misma zona.
El viernes se recuperaron los cuerpos de tres bebés y un centenar de personas fueron declaradas desaparecidas en el naufragio de su embarcación, también frente a Garabulli. En total, 16 migrantes, todos hombres jóvenes, fueron rescatados.
«Alarmante»
El gobierno libio se queja de no disponer de medios suficientes para enfrentar la crisis de los migrantes. En este contexto, el gobierno italiano decidió el lunes de noche obsequiar 12 patrulleras a Libia para contribuir a la lucha contra la inmigración ilegal en el Mediterráneo, informaron fuentes oficiales
La medida «tiene como objetivo fortalecer la capacidad operativa de los guardacostas libios de manera de garantizar la correcta gestión de la dinámica de la migración», precisa en una nota oficial el gobierno italiano. Italia se encargará de su mantenimiento.
Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en lo que va de 2018 murieron 1.000 personas intentando cruzar el Mediterráneo.
«El número de fallecidos en el mar frente a las costas libias aumenta de forma alarmante», advirtió el lunes Othman Belbeisi, jefe de misión de la OIM en Libia.
«Los traficantes explotan la desesperación de los migrantes antes de que Europa reprima las travesías del Mediterráneo», explicó en un comunicado.
La semana pasada, el general Kacem advirtió que los traficantes de personas habían acelerado las salidas por el temor a un cierre de las fronteras europeas, después de que Roma prohibiera el acceso a sus puertos a varios barcos de oenegés con personas rescatadas a bordo.
Desde el viernes, los guardacostas libios rescataron o interceptaron a más de 1.000 migrantes.
Una vez que tocan tierra, las autoridades libias llevan a estos migrantes a centros de detención.
Según el comunicado de la OIM, el director general de la organización, William Lacy Swing, viajará a Trípoli esta semana «para ver en qué condiciones se encuentran los migrantes trasladados a tierra firme por los guardacostas libios».
La OIM lleva a cabo un programa de «retorno voluntario» que permitió la repatriación de 9.000 migrantes de Libia en los seis primeros meses de 2018, indicó el lunes a la AFP Yomaa ben Hasan, coordinador de este programa en Trípoli.
La OIM repatrió casi 20.000 migrantes en 2017 en el marco de este programa.
Desde los tiempos del dictador Muamar Gadafi, derrocado y ejecutado en 2011, miles de migrantes atraviesan las fronteras del sur de Libia, sobre todo para intentar cruzar el Mediterráneo con dirección a Europa.
La situación empeoró con la caída del dictador, aprovechando el caos que reina en Libia. AFP