La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) alentó a incrementar los esfuerzos en la lucha contra la trata de personas y citó como ejemplo a Costa Rica, en el corredor migratorio centroamericano.
Heydi González, del Programa Regional de Migración de la OIM, dijo en una entrevista con la AFP en San José que todo «país de tránsito» de migrantes debe reforzar las medidas contra la trata.
«Costa Rica es uno de los países modelos en la región porque tiene además un fondo para apoyar víctimas [de trata]. Es uno de los países que tiene una institucionalidad más estructurada y que como modelo para la región, pero hay que retomar y reforzar estos esfuerzos», explicó.
«Dentro de lo complejo que es la ruta, puede ser que aquí [en Costa Rica] sea un espacio de descanso, porque hay una institucionalidad que responde», añadió Heydi González, también coordinadora del Programa Conjunto de la ONU para la lucha contra la trata.
Destacó la posibilidad para los migrantes de recibir «asistencia humanitaria» y «más información y servicios» en Costa Rica, aunque dijo que este país, como ningún otro, no está exento del delito de trata de personas.
La OIM y la ONU buscan fortalecer la coordinación con los países centroamericanos para la persecución de la trata de personas. Estos esfuerzos «no son todavía lo suficiente» por la complejidad de perseguir penalmente un delito que en muchos casos se torna transnacional, dijo.
Los migrantes llegan a la región tras cruzar desde Colombia hacia Panamá a través de la peligrosa selva del Darién y «a medida que se van acercando hacia el norte de América se va volviendo como un embudo y cada vez se hace más complejo el paso y las redes operan con mayor fuerza», afirmó González.
«Por la complejidad de probar el delito normalmente es bien difícil obtener sentencias condenatorias», agregó.
Más de 248.000 migrantes han cruzado este año la selva del Darién, una cifra récord que supera los registros de todo 2022, cuando se registró el anterior récord, dijo el gobierno de Panamá el lunes.
Desde el 1° de enero hasta el 30 de julio, ingresaron caminando por la selva panameña desde Colombia 248.901 migrantes, por lo que se ha «superado la cantidad [total] del año pasado», cuando se había registrado el récord anterior, dijo la subdirectora nacional de Migración de Panamá, María Isabel Saravia.
Realizan esta travesía pese a estar plagada de peligros como animales salvajes, ríos caudalosos que atravesar y organizaciones criminales que les roban o les exigen pagos para guiarlos en su ruta.
«Hablamos de personas que viven un sufrimiento inimaginable», afirmó a la AFP Martha Keays, directora de la Federación Internacional de la Cruz Roja en Panamá.
– Amenazas –
La funcionaria de la OMI explicó que «se hace uso de las redes sociales, se presentan como oferente de empleo, a veces son un círculo cercano de las personas, según la vulnerabilidad, y son estructuras complejas que vienen transnacionales».
Destacó la «especial vulnerabilidad de las mujeres y las niñas» ante las amenazas existentes en el trayecto.
En las mujeres adultas «va a ser prevalente la trata con fines de explotación sexual, servidumbre doméstica o matrimonio servil», dijo la responsable de la OIM.
En niñas o niños, «la modalidad de trata con fines de explotación sexual o en algunos casos adopción» es la que más repite.
Y con hombres «puede haber situaciones de explotación laboral», dijo.
El Departamento de Estado de Estados Unidos destacó en un reciente informe sobre trata de personas que Costa Rica «está haciendo esfuerzos significantes» para luchar contra este delito.
Sin embargo, el país «no alcanza completamente los estándares mínimos en la eliminación de la trata de personas», indica el informe.