Los bomberos penaban este miércoles para contener un incendio forestal que arde desde el viernes en la región portuguesa del Algarve (sur), y el primer ministro Antonio Costa advirtió que el fuego continuará durante días antes de ser controlado pese a la amplitud de medios desplegados.
Más de 1.400 bomberos y soldados luchan contra las llamas en la cadena montañosa de Monchique, apoyados por 13 hidroaviones y varios helicópteros, según Protección Civil, que contabiliza 32 heridos, uno de ellos grave.
«No debemos tener la ilusión de que este incendio será apagado en las próximas horas», advirtió el primer ministro portugués en conferencia de prensa en la sede de Protección Civil en Lisboa.
«La próxima ventana de oportunidad que tendremos (para controlarlo) será en la noche, en la madrugada y en la mañana temprano», señaló.
Temperaturas extremas y fuertes vientos han azuzado las llamas. La ola de calor en Europa llevó el termómetro hasta los 45 grados centígrados en algunas áreas de Portugal durante el fin de semana pasado.
La tarde de este miércoles se sentían fuertes ráfagas de viento y las temperaturas subieron. El primer ministro advirtió que el incendio continuará «en los próximos días».
Las llamas provocaron que cientos de personas fueran obligadas a dejar sus casas a medida que se acercaban a zonas urbanas en la turística región. Turistas británicos y alemanes fueron evacuados de un hotel de lujo en la población de Monchique durante el fin de semana.
«Ceniza y hollín»
Uno de los frentes del incendio se movía hacia el pueblo de Silves, a diez kilómetros de la costa, y se teme que el fuego se extienda hacia la ciudad costera de Portimao, popular destino de británicos y alemanes.
«El cielo se ha cubierto de una especie de niebla negra, que es ceniza y hollín», dijo a la AFP Tony Sanders, un británico de 73 años dueño de un pequeño hotel en el pueblo de Carvoeiro, a 30 km al sur de Monchique.
«El olor acre a madera quemada está todo el tiempo en el aire y se te instala en la garganta. Lo malo de la ceniza es que puede encenderse e iniciar un fuego en cualquier parte», agregó.
La dificultad para apagar el incendio forestal ha sembrado dudas sobre la efectividad de las medidas tomadas por las autoridades portuguesas, que buscan evitar una repetición de la catástrofe del año pasado, cuando los fuegos dejaron al menos 114 muertos.
Los bomberos han criticado la falta de coordinación, mientras Costa ha sido fustigado en las redes sociales por haber continuado de vacaciones mientras el fuego de extendía.
El martes, Costa publicó en Twitter una foto suya al teléfono y frente a un computador, señalando que se mantenía siguiendo de cerca los acontecimientos, pero algunas personas convirtieron las fotos en memes en los que parece que el primer ministro está divirtiéndose con videojuegos.
El ministro del Interior, Eduardo Cabrito, anunció el martes que la operación sería coordinada «a nivel nacional», permitiendo «una mayor movilización de recursos».
El incendio forestal ha calcinado ya unas 21.000 hectáreas de bosque y destruido varias casas.
Unas 250 personas fueron evacuadas el lunes de poblaciones alrededor de Monchique, a unos 160 km al sur de Lisboa, pero unas 70 ya pudieron regresar.
Incendio en España
Mientras tanto, en el país vecino, España, un incendio en la región de Valencia (este) ha obligado a evacuar a 3.000 personas y ha quemado unas 2.900 hectáreas.
Unos 700 bomberos y 27 medios aéreos luchan contra el fuego, cerca del pueblo turístico de Gandía, informaron autoridades locales.
Las autoridades sanitarias de Cataluña (noreste) confirmaron este miércoles la muerte, la víspera, de un hombre de 41 años por un golpe de calor, elevando a diez el total de fallecidos por la ola de calor en una semana en España.
AFP