El asesinato del presidente haitiano Jovenel Moise por un comando armado empeoró la crisis política y social que vive el país caribeño, el más pobre de América.
Esto es lo que se sabe hasta ahora del suceso:
El asesinato
La madrugada del miércoles, alrededor de la 01H00 local, hombres armados ingresaron a la residencia presidencial en Puerto Príncipe. Moise fue asesinado a tiros y su esposa, Martine, herida de gravedad.
Ella fue trasladada de urgencia a un hospital local y luego evacuada a Miami para recibir tratamiento. Su condición es “estable”, dijo posteriormente el primer ministro interino haitiano, Claude Joseph.
El juez de paz Carl Henry Destin dijo al periódico Nouvelliste que Moise había recibido 12 disparos y que habían saqueado su oficina y su habitación.
Moise, un hombre de negocios de 53 años, fue elegido presidente de Haití en 2016 con el compromiso de impulsar la economía más pobre de América.
Asumió el cargo el 7 de febrero de 2017, pero durante su gobierno se deterioró la situación política y se incrementó la inseguridad, con manifestaciones opositoras y el auge de los secuestros y cobro de rescates.
La disputa sobre la fecha de finalización de su mandato atizó la crisis: Moise sostenía que su mandato se extendía hasta el 7 de febrero de 2022, mientras un importante sector político decía que debía haber acabado el 7 de febrero de 2021.
Los atacantes
El primer ministro Joseph dijo que el asesinato fue perpetrado por “extranjeros que hablaban inglés y español”.
El embajador de Haití en Washington, Bocchit Edmond, afirmó horas después que los asesinos eran mercenarios “profesionales” que se hicieron pasar por agentes de la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA) y que el ataque había sido “bien orquestado”.
El jefe de policía de Haití, Leon Charles, informó la tarde del jueves que las fuerzas de seguridad los enfrentaron en un tiroteo.
Agregó que el comando asesino estaba formado por 28 hombres, de los cuales 26 eran colombianos y dos, estadounidenses de origen haitiano.
La policía ultimó a tres presuntos atacantes y detuvo a otros 17 sospechosos, mientras que ocho más siguen prófugos, dijo Charles.
Tres policías que fueron tomados como rehenes fueron liberados, agregó.
La policía mostró a algunos de los sospechosos el jueves ante los medios de comunicación, junto con pasaportes colombianos y armas incautadas.
Las autoridades dijeron que continúa la búsqueda de los autores intelectuales. Aún se desconocen los motivos del asesinato.
El ministro de Defensa de Colombia, Diego Molano, confirmó que al menos seis de los sospechosos colombianos son exmiembros del ejército, y que la policía y las fuerzas armadas colombianas estaban cooperando con la investigación.
El Departamento de Estado de Estados Unidos indicó también estar ayudando en la investigación, sin confirmar la detención de ningún ciudadano estadounidense.
Taiwán informó este viernes que 11 presuntos miembros del comando que asesinó a Moise irrumpieron en su embajada en Puerto Príncipe en un intento de huir, pero fueron detenidos por la policía.
Joanne Ou, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Taiwán, dijo que la embajada fue cerrada “por razones de seguridad”.
“El 8 (de julio) de madrugada la seguridad de la embajada descubrió que un grupo de hombres armados había entrado por la fuerza en el patio de la embajada”, declaró a la AFP. “El personal de seguridad informó inmediatamente al personal de la embajada y a la policía haitiana”.
Estado de sitio
Joseph declaró el “estado de sitio” por 15 días, lo que le otorga mayores poderes como jefe del Ejecutivo .
Moise gobernó por decreto desde enero de 2020, al haber expirado el mandato del Parlamento sin nuevas elecciones. Apenas dos días antes de su asesinato, el lunes, había nombrado a un nuevo primer ministro, Ariel Henry.
Henry, que aún no había asumido sus funciones, es el séptimo primer ministro nombrado por Moise en cuatro años y afirma que él es el legítimo primer ministro, no Joseph.
La mayoría de los líderes de la oposición han acusado a Joseph de hacerse con el poder de forma ilegal tras el asesinato.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, llamó a Joseph el jueves y especificó que había hablado con el “primer ministro interino” de Haití.
Además de la inestabilidad política, Haití está siendo azotado recientemente por el aumento de la violencia de las pandillas, que se han especializado en los secuestros para exigir rescate.
Desde junio, los enfrentamientos entre bandas rivales en la zona occidental de Puerto Príncipe han interrumpido el tráfico entre la capital y el sur del país.
El 30 de junio, 15 personas murieron durante un tiroteo en la ciudad, entre ellas un periodista y una activista opositora.
Preocupación internacional
El asesinato del presidente haitiano conmocionó a la comunidad internacional, que ha expresado preocupación por el futuro del país, asolado por la inestabilidad política, la pobreza y los desastres naturales.
Por temor a nuevos disturbios, el Consejo de Seguridad de la ONU, Estados Unidos y los países europeos pidieron que se celebren elecciones legislativas y presidenciales el 26 de septiembre, tal como estaba programado.
El espacio aéreo haitiano se cerró para evitar que los atacantes huyeran del país. La vecina República Dominicana cerró la frontera y reforzó la seguridad limítrofe.
En Puerto Príncipe, los comercios, los bancos y las estaciones de servicio estaban cerrados, mientras la población esperaba tener explicaciones: quién mató al presidente y por qué.
AFP