Debido a la imposibilidad de controlar la pandemia del coronavirus, la alcaldía de Río de Janeiro decretó suspender hasta el año próximo el fastuoso Carnaval que se celebra en febrero desde hace 181 años y que había trasladado para julio de este 2021.
La decisión fue asumida con tranquilidad sobre todo por las Escuelas de Samba, principales protagonistas de este gran encuentro en donde el año pasado atrajo a más de dos millones de personas que festejaron los tres días del dios Momo en el Zambódromo en donde 483 mil llegaron del extranjero, dejando 900 millones de dólares al evento.
La alcaldía de la ciudad notificó oficialmente a las Escuelas de Samba tal decisión de dejar sin efecto el Carnaval que en su historia solo había sido aplazado dos veces, en 1892 y en 1912, pues ni por las guerras mundiales de 1918 y 1939, dejó de festejarse.
Pero no solo es el carnaval brasilero el afectado por el covid-19, ya que en nuestro medio ha ido por el mismo camino la Feria Internacional de San Sebastián y las procesiones religiosas de todos sus pueblos en el país, así como el Festival de la Canción de Viña del Mar en Chile, la Semana Mayor después de la Epifanía, y por ese camino, entre nosotros, iría el Día de la Ciudad, el Día de San Valentín y tantos otros festejos que por preservación de la vida y hasta tanto no se garantice la inmunidad a nivel mundial contra la pandemia, tendrán que esperar por tiempos mejores.
El Carnaval de Río, sin lugar a dudas, es el mayor espectáculo que se monta a nivel internacional y que convierte al Brasil en el epicentro del turismo que a través de los años se ha ido consolidando ampliamente.
Víctor Matos