Internacional
Venezolana asesinada en Perú tenía pensado visitar a sus padres en Valencia
12 de enero de 2020
La venezolana Lizmar Carolina Hernández Farías, asesinada de un tiro en la cabeza en Lima- Perú, pretendía visitar a sus padres, quienes residen en Valencia.
La joven de 27 años, desapareció el pasado 30 de diciembre, cuando le pidió permiso a su jefe para salir a realizar una diligencias, sin embargo el señor al notar su ausencia, notificó la irregularidad a las autoridades policiales.
La fémina trabajaba cuidando a un pensionista
José Farías, pariente de la mujer indicó que la última vez que vio a Lizmar fue cuando la embarcó en un tren de la Línea 1 del Metro de Lima, tras encontrarse con ella y unos amigos en un centro comercial de San Juan de Miraflores.
También comentó que había llegado bien a su centro de labores. El dueño de la casa donde trabajaba dijo que ese día ella cobró y salió de la casa y nunca más volvió.
Lizmar tenía un año en Perú pero según su padre en los próximos meses tenía pensado volver a Valencia (Venezuela) para visitar a su familia.
“No le gustaba salir sola por la situación que hay”
En un video publicado en su cuenta de Facebook, el 26 de diciembre, se le observa feliz y bailando una cumbia peruana. Solo cuatro días después, un día antes de Año Nuevo, desaparecería luego de avisarle a su jefe que se tomaría una pausa de una hora. Este último miércoles su cuerpo fue identificado en la Morgue Central de Lima por sus familiares.
Lizmar Hernández Farías (27), una joven venezolana, fue hallada muerta el mismo día que desapareció, a las 2 de la tarde, luego de salir de la vivienda en la que cuidaba a un adulto mayor para tomarse una pausa. De acuerdo con La República, su cuerpo fue encontrado en una quebrada, en Canta, con un impacto de bala. Desde esa fecha estuvo en la morgue como NN, a pesar de que sus familiares y su empleador denunciaron su desaparición.
La última persona que la vio con vida fue Cosme Villegas, quien aseguró que abandonó su casa alrededor de las 8 de la mañana y denunció su desaparición al Ministerio de Trabajo. La familia de la fallecida no ha podido corroborar su versión debido a que aún no tienen acceso a las cámaras de seguridad.
“Ella vivía en casa de su jefe, no le gustaba salir sola por la situación que hay. Desde el domingo que yo estuve con ella, perdí contacto, la he llamado, le he escrito y no me responde. La embarqué en el Metro y me confirmó que había llegado”, indicó su tío, José Gregorio Farías, quien pide que se realicen las investigaciones del caso.