El caso se registró en una la localidad conocida como Usaquén, en el norte de la capital colombiana.

La inspección se realizó luego de que trabajadores del conjunto residencial dieron la alarma a la policía, tras encontrar restos que eran arrojados por el ducto de la basura.

De acuerdo con las primeras informaciones suministradas por las autoridades, los implicados en los presuntos rituales son arrendatarios de un alto oficial en retiro de la Policía, quien autorizó la administración del apartamento a una inmobiliaria.

“Según las primeras versiones, quienes sacrificaron los animales aseguraban ser médicos y tendrían nacionalidad venezolana”, precisó Blue Radio.

A través de videos de cámaras de seguridad, los investigadores documentaron que una mujer era la encargada de ingresar los animales a la vivienda.