Internacional
Violencia, corrupción y Trump: los retos que esperan al nuevo presidente de México
2 de julio de 2018
Con una victoria arrolladora, el veterano izquierdista Andrés Manuel López Obrador ganó las elecciones presidenciales de este domingo y en diciembre asume el mandato de México.
Sin embargo, tiene poco tiempo para celebrar: los electores esperan una solución a los problemas más apremiantes de la segunda economía latinoamericana como la violencia ligada al narcotráfico, la incesante corrupción y la complicada relación con Estados Unidos.
Violencia
Tras su triunfo, López Obrador prometió cambiar la actual estrategia militar para combatir a los cárteles de las drogas y la violencia.
«Más que el uso de la fuerza atenderemos las causas que originan la inseguridad», dijo en su primer mensaje tras conocerse los resultados oficiales preliminares, al referirse a la desigualdad y la pobreza, aunque no especificó detalles. Agregó que elaborará un plan de reconciliación en el país.
El 2017 fue el año más violento desde que se tienen registros con 25.324 homicidios, según cifras oficiales. La campaña electoral dejó 145 políticos asesinados en menos de un año.
«Los grupos criminales se siguen peleando por el control de los cultivos de amapola, de la distribución de la heroína y creo que la violencia no va a mermar por un buen rato», dice a la AFP el exagente de la DEA Mike Vigil, afirmando que una nueva estrategia es urgente.
Vigil llama a capacitar a las policías locales y combatir la corrupción entre los gobernantes que han permitido la explosión del crimen.
«Tiene que atacar a todo el grupo desde arriba hasta abajo, a la gente que está metida en la corrupción, que está protegiendo a estos grupos criminales».
Corrupción
Tema que más rabia y hartazgo generan entre los mexicanos, la corrupción fue una parte vital de las campañas electorales y el eje por el cual López Obrador construyó su candidatura.
Este domingo reiteró que su gobierno se concentrará en «combatir la corrupción», aunque no dio detalles de cómo lograrlo.
El gobierno saliente se vio manchado por escándalos que incluso salpicaron al propio presidente, Enrique Peña Nieto, como la casa que su esposa compró a un contratista del gobierno, un cuadro que provocó que el PRI terminara repudiado en las urnas.
«Hay una mucho más alta percepción de más corrupción. Nadie puede decir cuánto, pero tuvimos escándalos que involucraban al señor presidente y a su esposa, a secretarios de Estado», recuerda Arturo Sánchez, académico del Tecnológico de Monterrey.
«El tema de la corrupción fue un canal a través del cual se canalizaron muchas de las inconformidades y del hartazgo que tiene la sociedad», agrega.
Por ello los electores no dejarán de demandar al nuevo gobierno una solución a ese problema, afirma Sánchez: «Creo que la sociedad estará esperando inmediatamente de que algo se resuelva de una forma más tangible».
Trump y el TLCAN
Entre los mayores nubarrones económicos en el horizonte está el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que México revisa actualmente con Estados Unidos y Canadá.
Para México es vital llevar la negociación a buen puerto pues 80% de sus exportaciones tienen como destino a Estados Unidos, su mayor socio comercial.
Aunque López Obrador no se refirió directamente al TLCAN, dijo que buscará una «relación de amistad y cooperación» con Washington.
Se espera que las negociaciones se retomen en algún momento de julio y que continúen hacia 2019, para encontrar solución a las propuestas más duras de Estados Unidos como su exigencia de revisar el acuerdo cada cinco años.
«Alcanzar algún acuerdo depende que Estados Unidos suavice su postura y abandone algunas de sus posturas más controvertidas», según la firma Eurasia.
Los expertos señalan que además se debe generar un diálogo de alto nivel y estrategias en común que beneficien a ambos países.
«Se debe cambiar la narrativa de un proceso de integración en términos comerciales a un proceso de integración económica», dice el académico de la Universidad Anáhuac, Adolfo Laborde.
Migración
La migración acaparó los reflectores internacionales por los cientos de familias que huyen de la violencia en Centroamérica para pedir asilo en México o en Estados Unidos.
El fenómeno se complicó ante la fuerte postura antiinmigración del gobierno de Donald Trump, que momentáneamente instituyó una política de separación de familias en la frontera que generó indignación mundial.
López Obrador se refirió al tema al mencionar que bajo su gobierno, «quien desee migrar, lo haga por gusto y no por necesidad».
Para los expertos el nuevo gobierno debe atender las causas que provocan que México sea un país expulsor de migrantes, una nación de tránsito y un lugar de destino para muchos de ellos.
«Debe dar las condiciones y potenciar el desarrollo regional para que la gente no se vaya, debe dar garantías a todos los que quieran pasar por México y darles un trato humanitario y apoyar a todos aquellos extranjeros que quieran venir a México a través de un proceso legal», agrega Laborde.
AFP