El delegado de prevención del hospital universitario Luis Razetti de Barcelona, Edisson Hernández, asegura que debido al incremento del número de personas fallecidas por afecciones asociadas a covid-19, al manejo tardío de los cadáveres y la inoperatividad de las cavas de refrigeración, la morgue del recinto está al borde del colapso.

Esta situación, agrega, está provocando la contaminación de este y demás espacios del centro asistencial.

“En estos momentos, la morgue no tiene capacidad para preservar los cuerpos cuya causa de muerte es ‘sospecha de covid-19’. Las cavas se dañaron por falta de mantenimiento y eso contribuye a la descomposición. Esto es un peligro latente porque proliferan las bacterias y los malos olores, comprometiendo la salud de los trabajadores”, explica.

Hernández, quien es camillero del hospital, recalca que por la mala calidad de las bragas impermeables de colores de las cuales son dotados, también se exponen a contraer enfermedades al movilizar los cadáveres,  pues  tan pronto se las ponen, las prendas se rompen.

La tardanza en retirar los restos  representa otro  agravante en la saturación del área. Hernández manifiesta que la mayoría de las familias no cuentan con recursos económicos para cancelar los montos que solicita la empresa funeraria encargada de manipular los cuerpos, por lo que estos pueden permanecer hasta cinco días en el lugar.

Señala que durante una guardia se pueden registrar hasta 10 muertes y por ello  considera pertinente la intervención de las autoridades regionales.

Asegura que 90% de los cadáveres ingresados en la morgue, desde el mes de marzo, han sido de casos asociados a la pandemia.

De acuerdo con el último balance que el gobernador Antonio Barreto Sira ofreció al final del miércoles 26, Anzoátegui registraba 153 muertes sospechosas de covid-19. Mientras que el Ejecutivo nacional únicamente contabiliza seis.

El Tiempo