Nacional

Consultorios odontológicos públicos de Guayana en cierre técnico

14 de octubre de 2021

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“Como si una aguja estuviese atravesando la encía”, es lo que siente una persona cuando se le fractura un diente a causa de una caries que no se atendió a tiempo.

El dolor alerta la presencia de una infección. Ocurre lo que los odontólogos llaman un absceso dental: el interior del diente queda hecho nada, y al paciente solo le quedan dos alternativas que son, realizar un tratamiento de conducto que no puede costear, o que le saquen la pieza dental.

Eso le pasó a Yusmary Pinto, una mujer de 55 años de edad que, sentada a las afueras del Módulo de Vista al Sol en San Félix, Ciudad Guayana, espera junto a otras 10 personas a que llegue personal médico a sacarle la muela que no pudo salvar, porque no tenía dinero para costear un servicio privado.

Cuando la muela se le infectó, a la mujer le dolía la mitad de la cara según relató. Después de cumplir el tratamiento con antibióticos le tocó despedirse de la muela. “Nos iremos a quedar todos sin dientes”, lamentó.

Por falta de insumos básicos como anestesia, resina, gasas, guantes, limas y eyectores, desde hace más de dos años quienes no tienen recursos para pagar un servicio privado, no tienen acceso a servicios odontológicos básicos como reparación de dientes, extracción de caries, endodoncia o periodoncia.

En el Módulo de Vista al Sol, como en la mayoría de los consultorios públicos de la ciudad, sólo hacen extracción de dientes. Desde las 4:00 de la mañana comienza a formarse a las afueras la fila de personas que esperan ser atendidas. Madrugan porque la atención es limitada: solo se atienden 12 personas a diario, tres veces a la semana con previa cita.

“Acá sale mejor, aunque no tienes certeza de que te atiendan. Me estaban cobrando 10 dólares por sacarme una muela, y es precio solidario. Igual no tengo para eso”, señaló otra anciana que aguardaba en la cola.

Anestesia, resina, gasas, guantes, limas y eyectores escasean en los consultorios públicos desde hace más de tres años. Los pacientes solo encuentran puertas cerradas | Fotos Laura Clisánchez

Además de madrugar, para ser atendidas, las personas deben llevar una colaboración de al menos un bolívar (un millón de bolívares, antes de la reconversión), su propio paño para limpiarse la saliva y demás residuos, y un par de guantes para el personal sanitario.

La situación se repite en al menos ocho servicios odontológicos públicos de la ciudad. La mayoría de ellos, responsabilidad del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS).

Odontólogos y auxiliares asisten a consulta del Uyapar solo a cumplir horario

Hace poco más de cinco años, el servicio odontológico del IVSS Hospital Uyapar, era uno de los más importantes de la ciudad a nivel público. Tenía una capacidad de atención para 24 pacientes, entre el turno de la mañana y la tarde.

Eso porque había cuatro sillas odontológicas, servicio de rayos X y una consulta maxilofacial, además del capital humano: cuatro odontólogos y tres auxiliares por turno.

Hoy nada funciona porque por falta de mantenimiento, se averió el compresor que hacía funcionar las máquinas, y el aire acondicionado.

El servicio también tenía una sala con cinco máquinas para esterilizar los instrumentos odontológicos. Máquinas que hoy descansan en una esquina abandonada del viejo mesón, sobre un techo corroído por la humedad.

María Carpio*, enfermera con más de cinco años de servicio en el consultorio relató que los equipos no recibían mantenimiento oportuno. “Los técnicos especialistas en estos equipos venían de Caracas. El mantenimiento se tenía que hacer mensual, pero se hacía cada tres o seis meses dependiendo de la necesidad de los equipos”, explicó.

Sin compresor no se mueven las sillas odontológicas, ni el micro motor que hace funcionar las turbinas dentales que se utilizan para remover las caries o fraccionar los dientes, y demás aparatos que hacen posible la limpieza bucal.

Además de eso, en el consultorio que el IVSS prometió abastecer, faltaba con frecuencia lo esencial: gasas, resina y anestesia. “La última anestesia que trajeron al servicio fue donada, una caja de 10 unidades que traían entre 20 y 30 blísteres”, dijo la enfermera.

Carpio es una de las tres auxiliares que fueron transferidas al consultorio del Uyapar, mientras remodelaban el consultorio del Hospital Dr. Raúl Leoni en San Félix. De eso han pasado más de cinco años, y hasta ahora el otro consultorio sigue clausurado.

En el Centro Ambulatorio Dr. Vinicio Grillet (o Módulo de los Aceites) ubicado en el sector Los Aceites en San Félix, la consulta odontológica está cerrada desde hace seis años.

¿Qué servicios ofrece el IVSS? Exodoncia, eliminación de caries con aplicación de resina, limpieza de cálculos, extracción dental, eliminación de pulpa dental, tratamiento de conducto, periodoncia, radiografía dental, cirugía bucal, cirugía buco maxilofacial y odontopediatría.

¿Qué puede ofrecer ahora? Extracciones dentales, con suerte. La situación se repite en otros centros asistenciales de la red ambulatoria:

La consulta odontológica del Módulo IVSS tipo III Las Manoas (uno de los recintos más importantes de la parroquia Simón Bolívar de San Félix) está cerrada desde hace cinco años.

En el Centro Ambulatorio Dr. Vinicio Grillet (o Módulo de los Aceites) ubicado en el sector Los Aceites en San Félix, la consulta odontológica está cerrada desde hace seis años.

El consultorio del Módulo de la 45, en San Félix, está abierto pero sin insumos desde hace tres años. La última vez que atendieron personas, fue porque llegó un donativo de anestesia para los pacientes. Antes, atendían entre ocho y 10 pacientes diarios, y había al menos dos turnos, uno en la mañana y otro en la tarde. Ahora solo entregan tratamiento, no extraen muelas, ni las reparan.

Por falta de insumos y especialistas también dejó de funcionar desde hace tres años, el servicio odontológico del Distrito Sanitario de San Félix. Antes de cerrar sus puertas ya tenía el compresor de las unidades odontológicas dañado, y el aire acondicionado.

El módulo cubano del programa Barrio Adentro, ubicado en el sector José Gregorio Hernández (La Gallina) también en San Félix, es uno de los pocos establecimientos públicos en los que esporádicamente se hace extracción de dientes, limpieza y reparación.

Actualmente lleva más de dos meses inactivo por falta de materiales y un especialista. En general, atienden a cinco personas diariamente y previa cita.

Personal sanitario del Instituto de Previsión y Asistencia Social para el Personal del Ministerio de Educación (Ipasme), también ofrece el servicio de reparación básica y extracción, con un límite de atención de 10 personas a diario de lunes a viernes.


La idea es apoyar a las personas que no cuentan con recursos para ir a una consulta privada, o que no pueden costear su tratamiento. Es una forma de promover la salud bucal”, dijo Nelsys Perozo, odontóloga voluntaria de la fundación ‘Gibson, te amo más’

Cacería de jornadas odontológicas a bajo costo o gratuitas

Con el cierre técnico de las consultas públicas de odontología, los consultorios privados se convirtieron en la opción más inmediata para los pacientes.

Los servicios más básicos como extracción de dientes y reparación dental con resina valen entre 10 y 30 dólares respectivamente, o más, dependiendo del precio de los materiales que importa el profesional de la odontología.

Es por eso que organizaciones no gubernamentales o fundaciones organizan jornadas esporádicas de atención odontológica gratuita o a bajo costo, como la fundación “Gibson, te amo más”, dirigida por el locutor Carlos Gibson.

Desde el año pasado, los más de 10 odontólogos voluntarios han trabajado en al menos cuatro jornadas odontológicas en las que ponen a disposición sus consultorios privados. “Tenemos varios amigos y empresas que se unieron a la labor, que nos apoyan con los insumos para ayudar a la gente. La reparación de los dientes las dejamos a bajo costo para las personas que de verdad lo necesiten”, dijo Gibson.

“La idea es apoyar a las personas que no cuentan con recursos para ir a una consulta privada, o que no pueden costear su tratamiento. Es una forma de promover la salud bucal”, expresó Nelsys Perozo, odontóloga voluntaria de la fundación.

Durante un año Cáritas de Venezuela ofreció servicio odontológico gratuito o a bajo costo en Ciudad Guayana. Sin embargo, la silla de odontología se dañó y las deficiencias en el servicio de agua potable contribuyeron con la paralización de la obra caritativa durante la pandemia por COVID-19.

El servicio podía atender a 15 personas por día. Había un odontólogo y dos pasantes. “Tenía mucha incidencia en la comunidad, a pesar de que estábamos ubicados en Castillito venían personas de otras zonas”, relató Lizmarvi Zamora, miembro de Cáritas de Venezuela en Ciudad Guayana.

Pocos acuden a una consulta dental que hoy está valorada en 15 dólares en promedio

Otros odontólogos optan por dejar una cantidad de cupos limitados a personas con bajos recursos, para atenderlos por bajo costo. Es decir, mientras una extracción cuesta hasta 50 dólares dependiendo de la complejidad, el odontólogo puede cobrar 30 dólares. Si una reparación con resina vale 30 dólares normalmente, el odontólogo puede cobrar 25 dólares o menos. Si una consulta cuesta 15 dólares, el odontólogo puede cobrar a ciertas personas unos cinco dólares.

“Siempre he tratado de atender a personas con escasos recursos, no lo anunciamos abiertamente porque llega bastante gente. A la gente hay que ayudarla, eso forma parte de nuestro día a día, no es nada nuevo en el consultorio”, manifestó Oriana Ortega*, odontóloga de la ciudad.

Un gremio en crisis

Los consultorios odontológicos privados apenas se mantienen en pie: todos los materiales clave para la odontología son importados porque no se fabrican en el país.

El precio de los insumos aumenta aún en divisas: un tubo de resina puede costar entre 15 y 30 dólares dependiendo de la marca mientras que un paquete de anestesia puede costar 28 dólares.

“Y se ha puesto más cuesta arriba porque esta situación nos limita hasta para los materiales que queremos usar. La odontología siempre ha sido más costosa porque el material que necesitamos no lo producimos en el país. Hay cosas que se producen en Brasil, las traemos de allá, pero son muy costosas, se duplican o triplican”, explicó Ortega.

Señaló que además de ello, las empresas traen a Venezuela los insumos básicos de la odontología, lo que más se vende. Pero esto no permite innovar en la práctica odontológica.

El costo total impacta el precio final de las consultas y por lo tanto reduce la afluencia de personas en los consultorios. En una entrevista publicada por el Colegio de Odontólogos de Venezuela, el presidente del Gremio, Pablo Quintero informó que para finales de 2020 hubo al menos 40% de ausentismo en los consultorios privados, en parte por la alarma sanitaria, y en parte por el aumento del precio de las consultas.

El encarecimiento del servicio también provocó la proliferación del ejercicio informal o ilegal de la odontología, que comenzó a aparecer con fuerza durante 2018.

Pese a la existencia de programas como “Misión Sonrisa” y “Misión Barrio Adentro”, la población que requiera atención odontológica pública permanece a la deriva

Por ejemplo, este año a finales de junio, 11 personas fueron detenidas en San Félix por ejercer la odontología ilegalmente en la vía pública, aplicaban ortodoncia con pegaloca.

Desde el gobierno del ex presidente Hugo Chávez se impulsó como política de estado la salud bucal a través de misiones populistas como “Misión Sonrisa” y “Misión Barrio Adentro Odontológico”, que integraban la odontología a la atención médica integral de Centros de Diagnóstico Integral (CDI) y “Clínicas populares”.

Barrio Adentro se enfocaba en la atención primaria odontológica dentro de comunidades de bajos recursos como limpieza, remoción de caries y extracciones, mientras que Misión Sonrisa abarcaba incluso tratamiento de conducto y prótesis dentales.

Son muchas las iniciativas odontológicas públicas que funcionan a medias o dejaron de funcionar por falta de voluntad política, mientras la salud bucal de las personas empeora. La odontología en el país es un eslabón más de la oxidada cadena de atención sanitaria.

(*) Estas fuentes solicitaron declarar bajo anonimato.

Correo del Caroní

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