(AFP) La crisis del gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela supone un riesgo político para Rusia, que podría perder a su principal aliado en América Latina, pero también económico por sus importantes inversiones en el sector petrolero.
Rusia, igual que China y Turquía, dio su apoyo al presidente Maduro, frente a la decisión de Estados Unidos y otros países del mundo de reconocer el jefe parlamentario Juan Guaidó como presidente interino.
Si Maduro tuviera que dejar el poder, Rusia podría perder una alianza que empezó con el gobierno de Hugo Chávez (1999-2013) y le convirtió en su principal aliado en la región. Desde entonces el país también se ha convertido en el segundo acreedor de Caracas, por detrás de China.
Rusia “corre el riesgo que todas las relaciones cultivadas durante mucho tiempo pierdan su valor”, dijo a la AFP Nikolái Petrov, profesor de la Escuela Superior de Economía de Moscú.