Nacional

Defiende la historia los derechos sobre el Esequibo 

20 de noviembre de 2023

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Investigadores tachirenses coinciden en que los hechos, los documentos y las razones jurídicas están del lado venezolano 


Por Freddy Omar Durán 

La razón histórica es una de las principales armas con las que cuenta Venezuela para defender ante el mundo sus derechos sobre el territorio Esequibo.

Debemos escuchar la voz de aquellos que han explotado en profundidad el tema, y a partir de ahí forjar nuestras propias consideraciones a la hora de participar en la consulta impulsada por el Gobierno nacional.

Los historiadores Gustavo Adolfo Gari Altuve, Edith Guerrero Lugo y Ramón González Escorihuela no solo coinciden plenamente en la legitimidad de la posición venezolana, sino también en que la misma sea impuesta enérgicamente en escenarios internacionales, pero siempre en el camino de la paz, la conciliación y el derecho internacional.

Pero además los investigadores nos lanzan claridades, que pueden contribuir a despejar dudas y demostrar la manera como un clima de acuerdo ha sido saboteado por una oscura intriga geopolítica.

Hoy, tanto Guyana como Venezuela coinciden en la necesidad de resolver el diferendo, en tanto ya se hecho más que evidente las inmensas riquezas minerales, entre otros atributos, que encierra el territorio en reclamación. No obstante, las vías de solución hasta los momentos resultan irreconciliables, pues mientras Venezuela plantea la negociación directa entre países, Guyana ha operado por la potestad de la Corte Internacional de Justicia.

Amén de su ventajosa situación geoestratégica, el Esequibo encierra un sinfín de riquezas y posibilidades para la economía nacional.

Mientras Venezuela ha considerado que su territorio llega hasta propiamente el río Esequibo, Guyana repliega los límites hasta lo que son los estados Delta Amacuro y Bolívar, despojándonos de casi 160 mil kilómetros cuadrados.

Si bien este litigio se podría hasta remontar a los tiempos de la Colonia, aunque con visibilidad apenas nació Venezuela como República, este 3 de diciembre se escribirá una particular página del mismo cuando se le consulte a la población votante venezolana, a través de referéndum de cinco preguntas, su opinión sobre tan álgido tema, con lo cual se podría dar un marco de legitimidad a las próximas acciones por ejercer de parte del Gobierno nacional.


Gustavo Adolfo Gari Altuve, Individuo de Número de la Academia de la Historia del Táchira:

“Nuestro territorio es inalienable”

Gustavo Adolfo Gari Altuve, Individuo de Número de la Academia de la Historia del Táchira. (Foto/Tulia Buriticá)

Antes de hacerse de un sólido criterio personal ante tan álgido tema, el historiador Gustavo Adolfo Gari Altuve ha tenido que bucear la amplia bibliografía que existe sobre el tema Esequibo, una parte de la cual ha sido publicada por las ediciones oficiales de la Presidencia de la República.

Uno de esos libros que más atesora, es el de Sir Walter Raleigh: Las Doradas Colinas de Manoa, traducida por Juan Tomás García Tamayo, que data del siglo XVII, y en el cual, como emisario de la Corona Inglesa, da cuenta de la riqueza estratégica y aurífera de lo que hoy se conoce como Esequibo. Y es que desde esos tiempos de la Colonia, ya los españoles, reaccionaban a los intentos de invasión, fraguados desde lo que propiamente se denominaría y se ha aceptado como Guayana Inglesa, que en principio le perteneció a Holanda.

En el mencionado libro se destaca que el interés inglés no apuntaba exclusivamente al oro, sino a ganar la boca del río Orinoco, fundamental para un imperio cuyo máximo poder lo ejercía en el mar.

Para el historiador Gari, el papel ejercido por la diplomacia venezolana, desde la presidencia de José Tadeo Monagas, ha sido fundamental para que a lo largo de estos casi dos siglos de confrontaciones por el tema, no se diera el impune despojo de un territorio que perfectamente se ve los primeros mapas como incluido en nuestro territorio, cuando aún era la Capitanía General de Venezuela.

“La historia diplomática de Venezuela siempre fue encomiable, y fuimos representados por la gente más valiosa intelectualmente en ese momento, indistintamente que tuvieran o no diferencias con los gobiernos de turno. Para los efectos de la actual situación no debemos improvisar diplomáticos, porque la misma hoy en día es más conflictiva, con amenazas de toda naturaleza”.

En ese sumo cuidado diplomático para el manejo de litigios internacionales, también debe tomar parte el Presidente de la República, y los que en Venezuela han asumido tan alta magistratura, se les termina juzgando por lo tanto o poco que hicieron por la defensa de la soberanía territorial.

“El Presidente es la representación jurídica y política de nuestro país, lo que diga el Presidente en público es un compromiso internacional; por eso nuestros mandatarios deben ser muy comedidos en el tema de frontera. El presidente Carlos Andrés Pérez fue muy cuidadoso, y con todo que la oposición extremista de izquierda, hoy en el Gobierno, le endilgaba que quería entregar el Golfo, y no fue así: hay que buscar los papeles de cancillería, porque la historia no es fábula, ni es cuento; es documental”.

No obstante, Altuve no desconoce que así como los presidentes tachirenses han tenido aciertos en materia de delimitación de áreas marinas y submarinas, igualmente cometieron graves errores, uno de esos atribuidos al presidente López Contreras.

“La entrega parcial de la Guajira parcial y puntos por frontera hacia el sur, en lo que actualmente es Puerto Carreño, suscritos por el presidente Eleazar López Contreras, marca un día sombrío para nuestra historia; y es muy lamentable la excusa que entonces dio Contreras, avalado por el mismo congreso de Juan Vicente Gómez y no electo democráticamente, de que nosotros teníamos que acceder a todos esos pedimentos de Colombia en razón de que no teníamos ejército capacitado y capaz para un enfrentamiento posible. Perdimos una zona con los más grandes yacimientos de carbón del mundo”.

La actuación de Marcos Pérez Jiménez representa otro capítulo en la manera como Venezuela ejerció soberanía:

“Acuérdese que el dictador Pérez Jiménez tomó posesión de Los Monjes a mano armada. Estaban recién venidas a Venezuela las temerosas fragatas italianas y el dictador las estrenó tomando posesión de unas islas que eran desde todo punto de vista legal, nuestras. Son circunstancias muy peligrosas pero que tienen que ser manejadas sin ninguna emoción, solo con los pies en el suelo y la cabeza en el lugar, no corazón, puro cerebro, para ver las consecuencias que pueda acarrear”.

Nos recordó el investigador que distintas fueron la Venezuela de finales del siglo XIX, que por poco cae en la trampa tramada desde intereses extranjeros, concretada en el Laudo de París de 1999, y la de los años 60 del siglo XX: mientras una realidad nacional correspondía a un país en la miseria, con deudas al tope con naciones poderosas, la de Rómulo Betancourt y Raúl Leoni, con el poderío petrolero por delante, se hacía sentir en el concierto internacional.

Para Gari Altuve la soberanía no se consulta, se ejerce; y en este sentido, se mostró dispuesto a defender las acciones contundentes que lleven a la recuperación del Esequibo.

“No podemos perder ni un milímetro, y esto no es cuestión de referéndum, es sentimiento de reclamar lo propio. Y a un vecino no le puede preguntar que si usted quiere su casa, que trabajó ladrillo a ladrillo; esa es suya y más nada, salvo que la tenga hipotecada y nosotros no le hemos hipotecado el Esequibo a nadie, porque la Constitución prohíbe entregar de cualquier forma nuestro territorio, y eso no se ha respetado en la actualidad porque, entre otras cosas, hemos entregado 100 mil hectáreas de mayor producción agropecuaria en el mero centro del país a los iraníes. Nuestro territorio es inalienable, inembargable. El referéndum es una cortina de humo desplegada sobre problemas internos mayores. Es cierto que existe la invasión silente que nos sigue haciendo Guyana. De todas maneras debemos evitar enfrentamientos bélicos, pues ningún enfrentamiento de este tipo ha traído nada bueno en la historia de Venezuela”.

Insistió en que la educación de los venezolanos para que entiendan la gravedad e importancia de la situación resulta fundamental para granjear realmente todo el apoyo del pueblo en este conflicto. (FOD)


Edith Guerrero Lugo, académico de la ULA y excónsul en Cúcuta:  

“Es inaceptable ir a la Corte Internacional de Justicia” 

Edith Guerrero Lugo, académico de la ULA y exconsul en Cúcuta. (Foto/Tulia Buriticá)

Para el excónsul de Venezuela en Cúcuta, Edith Guerrero Lugo, el referéndum consultivo del 3 de diciembre constituye la vía pacífica por medio de la cual los venezolanos ratificarán ante el mundo que la posición de Guyana no es más que un injusto despojo territorial, que las pruebas históricas ponen más que en evidencia.

Cómo explico el académico de la Universidad de Los Andes, desde la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en su artículo 10 se contempla que el territorio nacional corresponde al espacio de la Capitanía General de Venezuela desde 1777, y las modificaciones impuestas por tratados y laudos “no viciados de nulidad”.

Si bien en 1999 se expidió el Laudo de París, el cual se firmó sin la presencia de ningún delegado venezolano, desde entonces ha sido considerado por Venezuela como irrito e impugnado en reiteradas ocasiones, ejerciéndose las presiones diplomáticas del caso, que conllevarían el Acuerdo de Ginebra de 1966, que sí valida nuestro Estado.

Dicho Acuerdo de Ginebra en ningún caso solucionó el litigio, pero sí conminó a qué la solución se daría a partir de la negociación gobierno a gobierno directamente, sin recurrir a tribunal internacional alguno.

“Se ha reactivado está controversia, porque la República Cooperativa de Guyana ha puesto de manera inconsulta el tema en manos de la Corte Internacional de Justicia. En Venezuela sostenemos reiteradamente que el Laudo de París de 1899 es nulo, irrito de toda nulidad. Y Guyana pretende ir a tales instancias jurídicas para que se pronuncie a favor de ese laudo, que sabemos no es válido. En consecuencia, nosotros venimos señalando que lo que vamos a hacer valer es el Acuerdo de Ginebra de 1966, firmado por los dos países, y en ese sentido el artículo 33 del capítulo 4 de las Naciones Unidas, establece que al llegar a un acuerdo entre dos países, hay que darle al mismo el cúmplase, el ejecútese; y en vez de ello, Guyana lo violentó”.

Las obligaciones de la ONU serían por lo tanto propender en favor a lo que el Acuerdo de Ginebra exigiera; sin embargo, para Lugo, más allá de eso, lo que ha hecho el actual Secretario General es reconducir el asunto a instancias que dentro del entendimiento de las dos partes no se mencionan.

“El caso estaba en manos del Secretario de Naciones Unidas, en una primera instancia Ban Ki-moon y luego Antonio Gutiérrez, y este en lugar de continuar para que se produjeran los buenos oficios, para que los dos países conversarán, se fue a uno de los últimos mecanismos para solucionar controversias, como lo es el arreglo judicial, sin agotar antes los otros pasos, como son la negociación, la investigación, la conciliación y el arbitraje”.

El camino de la paz

— ¿Por qué se dice que la Corte Internacional de Justicia no tiene jurisdicción sobre este tema? 

— Porque según el Acuerdo de Ginebra, para que tenga jurisdicción en este tema debe ser consultado por los dos países, y además se deben comprometer las dos partes a aceptar el veredicto de la Corte Internacional de Justicia, que no debe ser confundida con la Corte Penal de Justicia.

— ¿Cuál es la importancia del referéndum consultivo del 3 de diciembre y cuáles son las intenciones de Guyana para impugnarlo ante la ONU? 

— Guyana pretende que sean suspendidas, cambiadas o modificadas las preguntas 1, 3 y 5 de ese referéndum consultivo, lo que es inaceptable, porque se trata de una decisión soberana. Ese referéndum tiene importancia extraordinaria, porque todos los venezolanos sin distingo de partidos políticos, de sexo o religión están en el enorme compromiso de defender la Patria, esta Venezuela de la bandera de los tres colores y las 8 estrellas; se trata de defender el nacionalismo. El gran partido que se está convocando es Venezuela”.

— ¿Cuáles son los títulos históricos y jurídicos que sirven para sustentar el reclamo venezolano? 

— Nos basamos en el iutis possidetis juris -que aplica una vez las naciones latinoamericanas se emanciparon y toman control del territorio ya establecido por la Corona Española-, que sostiene que “así como lo poseías, lo poseerás”. Muy particularmente decimos que el tribunal arbitral que firmó el laudo arbitral de Laudo de París de 1899, tomó una decisión injusta. El Secretario de ese laudo, Severo Mallet-Prevost, en documento testamentario -el Memorándum Mallet-Prevost- dice: “Venezuela fue despojada injustamente de ese territorio”. El tribunal arbitral no tuvo representación de Venezuela: allí estuvieron dos norteamericanos, dos ingleses y un ruso, y que unánimemente tomaron una decisión contra Venezuela.

— La vía en la que hasta los momentos insiste Venezuela ha sido la negociación; no obstante Guyana se ha cerrado a la misma, y eso contribuye a acrecentar el clima de beligerancia del asunto…

— Nosotros sostenemos que no vamos a caer en la provocación; nosotros tenemos que seguir haciendo esfuerzos significativos para que por las vías de la diplomacia de paz, nos sentemos para conseguir una solución satisfactoria para ambas partes, óigase bien: No estamos diciendo exclusivamente para Venezuela, ni exclusivamente para Guyana.

— Pese a ser territorio en reclamación, siguen en proceso en el lugar proceso de explotación petrolífera.

— Estamos denunciando la actitud pirata, por aquí hay que llamarlo cuando se viola el Derecho Internacional, que se está ejecutando en las áreas marinas y submarinas, en donde la Exxon Mobile, desde 2018, exploró y consiguió una cantidad de petróleo significativa. En estos momentos, todavía sigue posicionado un barco petrolero que está extrayendo el crudo. Eso es inaceptable, pues no se han delimitado las áreas terrestres, que es lo primero que debe hacerse, aún en disputa. Además de los recursos minerales de todo tipo, en el Esequibo tenemos una extraordinaria biodiversidad. (FOD)


Historiador y periodista Ramón González Escorihuela:

“Estamos en uno de los momentos más críticos del conflicto” 

Historiador y periodista Ramón González Escorihuela.

La convicción de que los límites de Venezuela se extienden hasta el río Esequibo, no resulta difícil de sustentar cuando se revisa con detenimiento la historia.

La apetencia expansionista de Inglaterra fue algo con lo que en principio tuvo que lidiar la Corona Española, y a la cual Venezuela tuvo que afrontar cuando apenas se constituía como República ya separada de la Gran Colombia, para la tercera década del siglo XIX.

Precisamente, por el año 1966, cuando parecía que Venezuela e Inglaterra iban por buen camino, se daba la independencia de la Guyana Inglesa, cuyo gobierno a la larga evadiría los Acuerdos de Ginebra, optando primero por una congelación de las negociaciones directa y luego por la evasiva a las mismas.

— ¿Cuándo se empeña el gobierno inglés en penetrar el territorio Esequibo?

— La penetración inglesa se inicia prácticamente poco tiempo después de la Independencia de Venezuela de España, cuando Inglaterra en 1830 comisiona al naturalista prusiano Robert H. Schomburgk para que explore ese territorio, y entonces comienza a trazar unas líneas muy célebres que Venezuela rechazó desde un principio, por las cuales perdíamos alrededor de 140 kilómetros cuadrados. Allí comienzan las discrepancias y las conversaciones entre Venezuela e Inglaterra, que en 1899 van a resultar en el polémico Laudo Arbitral de París.

— Desde el Laudo de París, ¿cómo avanzó la discusión por el territorio en reclamación?

— Desde ese laudo arbitral las conversaciones fueron primeramente entre Venezuela y el gobierno inglés, porque Guyana no fue una república independiente sino hasta el año 1966. Un poco antes de esa fecha, las conversaciones entre Inglaterra y Venezuela habían dado resultado y ambos países firmaron el Acuerdo de Ginebra, en el cual se reconocía la pertinencia de la reclamación de Venezuela y se comprometieron los dos gobiernos a establecer un proceso de diálogo. Cuando ya se independiza Guyana Inglesa se establece una comisión para el asunto con dos representantes de Guyana y dos de Venezuela y se da un lapso de cuatro años para buscar una solución pacífica y acordada entre las dos partes. Es a partir en ese momento en que Guyana, como república independiente, se convierte en la contraparte de Venezuela. Pasaron esos cuatro años sin una solución concertada y es cuando firman el Protocolo de Puerto España en el año 1970, a través del cual se suspendían las negociaciones por 12 años. Cuando terminan esos 12 años Venezuela decide no seguir las conversaciones, puesto que no llevaban a nada, y llevan el caso a Naciones Unidas.

— ¿Cuáles han sido los momentos más críticos en este conflicto entre Venezuela y Guyana?

— Han sido dos: El primero en el año 1969, cuando se presentó la Rebelión de Rupunini, liderada por Valerie Hart, porque un grupo de personas de Guyana decía que ellos se sentían venezolanos. Ese movimiento fue hasta cierto punto apoyado por Venezuela, e incluso se les concedió nacionalidad venezolana a los habitantes y que por supuesto terminaron perseguidos. Y el otro momento crítico es el que se vive actualmente, porque con el paso del tiempo, ante el fracaso de las conversaciones, las cosas se están volviendo más tirantes en tanto Guyana se aferra a la decisión que pueda tomar la Corte internacional, y Venezuela sigue en la postura de las conversaciones directas”.

— ¿Qué valor podemos adjudicar al acto consultivo del 3 de diciembre?

— El valor que pueda tener el referéndum es despertar y regresar en la conciencia del Venezuela el interés por este tema, aunque no sabría decirte si ese referéndum tiene una incidencia en las decisiones que tomen los organismos internacionales al respecto. (FOD)

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