La Federación Nacional de Sociedades de Padres y Representantes, sí reconoce la necesidad de volver a las aulas, pero en condiciones seguras.
Precisamente, la condición de seguridad es la que no está garantizada, según lo planteado en un texto difundido por la organización. De acuerdo con el comunicado, antes de la pandemia «ya era extremadamente grave y continuada la crisis de los servicios públicos básicos».
Ahora, con este nuevo contexto la situación se ha complicado aún más. Denunciaron que existe un «grave deterioro de la infraestructura escolar, con planteles cuyas edificaciones fueron declaradas inhabitables por los cuerpos de bomberos estadales».
Igualmente señalaron que ante la grave crisis alimentaria, en las escuelas también desapareció el Programa de Alimentación Escolar, PAE, que era una alternativa para que los escolares pudieran tener acceso a las proteínas.
A este complicado escenario, también se suma la incapacidad económica de los padres para poder cubrir las demandas escolares de sus representados.
Por otra parte, los gestiones de la Federación Nacional de Sociedades de Padres y Representantes, no han sido respondidas.
En ese sentido alegan que «en abril de 2020 dirigimos comunicación a los poderes legislativo y ejecutivo proponiendo la puesta en marcha de un Plan de Atención Inmediata para el Subsistema de Educación Básica», se puede leer en el documento.
Transcurridos 17 meses, las autoridades educativas no han informado al país la situación en que se encuentra la educación venezolana.