La falta de gas doméstico hace que los tucaqueños madruguen para tomar un puesto en la cola que les permita ser atendidos y así poder adquirir el anhelado cilindro, en la empresa oficial que distribuye el combustible en Tucacas.
Las colas a las afueras de la distribuidora, en la avenida Hugo Chávez, no distinguen entre adultos, mujeres y hasta niños. Todos en procura de una bombona.
«Son colas insoportables y uno recuerda que antes, hace más de 25 años, uno llamaba a una empresa cuando sentía que la bombona se estaba acabando y en 24 horas llegaba un camión del cuál bajaba un trabajador que en 5 minutos retiraba la bombona vacía y dejaba instalada la llena, cobraba, por cierto muy barato el precio del cilindro, y se marchaba. Así de fácil era, como sigue siendo en cualquier país del mundo, menos aquí», reflexionó María Auxiliadora Vargas.