Cuando se regala felicidad
25 de noviembre de 2024
En Santa Elena de Uairén el lunes parecía domingo por la mañana, hubo un cacerolazo triste, abrió frontera y corrió el temor de que la cerrarían de nuevo.
Hasta la medianoche del domingo, buena parte de los habitantes salieron a la calle para acompañar los procesos de verificación en los centros de votación. En algunos, como la Casa Comunal de Akurimá, la presión de los presentes surtió efecto y los testigos de la oposición recibieron las copias de las actas. Pero en otros centros, apenas lograron hacer fotografías.
Una testigo, acreditada para trabajar en la Unidad Educativa Francisco Michelena y Rojas de la urbanización Cielo Azul, dijo que había fotografiado el acta contra la voluntad del efectivo del Plan República quien la apuraba fusil en mano. Cuestionó también la presencia de personal de la Alcaldía de Gran Sabana (PSUV), en calidad de miembros de mesa.
En ese centro, donde votaron 880 personas, Edmundo González Urrutia (candidato de la Unidad) recibió 755 votos, Nicolás Maduro (PSUV y aliados) 106 y los 19 votos restantes se distribuyeron entre los demás aspirantes.
Animada por los resultados conocidos, buena parte de la colectividad salió a la calle el domingo en la noche, pero la presencia de un contingente anti motín en la sede de la Coordinación Municipal del Consejo Nacional Electoral (CNE), la lluvia y el rumor de que bajarían los soldados desde el Fuerte Roraima a la ciudad (una versión que circuló en redes sociales a partir de la medianoche), los forzó a recogerse.
El sábado, antes de las elecciones, había aterrizado en el Aeropuerto Internacional de Santa Elena un avión Hércules que dejó de 100 a 150 efectivos de las unidades de reacción rápida de combate (URRA). En las calles quedaron los vestigios de la frustrada celebración del domingo: latas, bolsas, cintas tricolores, restos de globos. Tampoco hubo fiesta por parte de los seguidores del candidato a la reelección.
En promedio, 75% de los comercios no abrieron este lunes y algunos cerraron a partir de las dos de la tarde, hora pautada para el cacerolazo que se convocó a través de los grupos de WhatsApp. Las cacerolas sonaron a duras penas poco después de la hora anunciada en urbanizaciones.
La frontera, tal como indica la resolución conjunta de los ministerios de la Defensa y Relaciones Interiores y Justicia, fue abierta en la madrugada del lunes. Después, entre los funcionarios de la Aduana Ecológica y los taxistas que cubren la ruta Santa Elena de Uairén-Paracaima, Brasil y viceversa, trascendió que es posible que vuelvan a cerrarla, ante las manifestaciones en Caracas y otras urbes del país.
Por esta frontera terrestre pasan a diario más de mil jóvenes y niños venezolanos que estudian en las escuelas brasileñas, personas que demandan atención médica, psicológica, familias enteras que migran al Brasil.
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