Nacional
Torrealba: «Ojalá que la oposición corrija el error y no se radicalice»
22 de octubre de 2017
El ex secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Jesús “Chúo” Torrealba, lamentó el conjunto de errores cometidos por la alianza opositora en los últimos meses, los cuales a su parecer, se vieron reflejados en los resultados de las elecciones del pasado domingo 15 de octubre.
Cuestionó que luego de cuatro meses de intensa lucha en la calle, la MUD cambiara su discurso político sin anestesia para los venezolanos.
“Quienes decía ‘calle, calle, calle’ pasaron al ‘voto, voto, voto’. Se hizo casi abstracción de la terrible situación económica y social que enfrenta el pueblo venezolano”, recalcó.
El opositor aseguró que este es un momento especial para asumir las diferencias, ya que de esa manera se podrá avanzar y lograr un cambio.
¿No fue la abstención una de las causas por las que la MUD perdió la mayoría de las gobernaciones?
Para mí, no existen los abstencionistas. Nadie tiene un cromosoma abstencionista en su ADN. Existen venezolanos que algún momento votaron por ti y que después no tuvieron ninguna razón para volverlo hacer. La abstención no es una causa sino una consecuencia, y una consecuencia de esa falta de coherencia en lo estratégico, de la falta de rigor.
¿Qué otros elementos influyeron en los resultados de estos comicios?
Hubo fraude. Este proceso electoral fue en dictadura y por tanto, fue un proceso estructuralmente tramposo, pero eso ya se sabía. El fraude antiopositor fue feroz. El tema de la ubicación de los centros de votación, la no sustitución de los candidatos, la presión a los empleados púbicos, todo eso combinado es sencillamente fraude.
¿Por qué entonces el Gobierno no actuó de la misma manera en 2015 durante las elecciones parlamentarias?
Creo que para ese momento la oposición contaba con unos recursos que no tuvo el 15 de octubre. Tenía una dirección colectiva, una vocería coherente y una imagen absolutamente clara: la MUD.
Además, tenía una estrategia que se convirtió en un mantra:
“pacífica, electoral, constitucional y democrática”. Pero, para el 15 de octubre la Unidad tenía la dirección formal desagregada y secuestrada. No teníamos estrategias ni una vocería única.
Otra cosa del 2015, es que el discurso de la MUD logró aproximarse a las realidades económicas de la mayoría. Nosotros ganamos en Altamira, pero también el 23 de Enero, por ejemplo, ganamos en los barrios.
Pero, cabe destacar que el Gobierno tiene ahora cosas, que no tenía antes. El oficialismo aprendió a utilizar el hambre y la precariedad como un instrumento de control político y de movilización electoral. Además, dotó a esa intención política de una tecnología que hiciera eficiente ese propósito: el carnet de la patria. Maduro montó su base de datos para poder decirle a los venezolanos el 15-O, “quien no pase por el punto rojo, quien no escanee su código QR, no aparece en la Misión el mes que viene”.
Pareciera que la oposición enterró la salida electoral si no hay un cambio de sistema, ¿se cerró esta vía en Venezuela?
Aquí es donde hay que preguntarse, ¿para dónde vamos? La ruta no puede ser el nihilismo, la resignación o el sometimiento.
Ciertamente, la alternativa democrática tiene que articular una estrategia victoriosa. Nosotros obtenemos una victoria inmensa en 2015 en el camino constitucional, en el que venían los comicios de gobernadores, alcaldes y presidenciales pero dijimos “no” porque era muy lenta.
Nos metimos por otra vereda en la cual hemos tenido fracasos y reveses. Entonces, nosotros tenemos que hacer una profunda revisión de lo que es la oposición.
En estas circunstancias ¿qué debe hacer la Mesa de la Unidad Democrática?
Como lo dijo Andrés Velásquez, la Unidad hay que refundarla, recrearla. En mi humilde opinión hay que institucionalizarla y eso pasa por dotarla de una dirección colectiva, de una vocería única, coherente y de una hoja de ruta consensuada.
Hay que poner una política en la calle. Sigue siendo verdad que el Gobierno no tiene recursos ni técnicos, ni políticos, ni de imaginación para solventar la crisis. Por tanto, hace falta una dirección humilde y eficiente. Tenemos que dotarnos de eso, sobre todo cuando nadie está pidiendo que rueden cabeza.
¿Qué plantea para que la reestructuración de la MUD sea exitosa?
En esa nueva dirección de la Unidad todos deben tener espacio, inclusive hasta quienes nos condujeron en el último tramo a la derrota espantosa del 30 de julio con la instalación de la Asamblea Nacional Constituyente. Aquí todo el mundo hace falta. Es una ocasión preciosa para hacer un debate de profundidad en la MUD, precisamente porque nadie quiere sustituir a la dirigencia.
Cualquiera que en este momento, sea vocero de la oposición está preinscrito en Ramo Verde o en El Helicoide. Esos puestos no son apetecidos por nadie. Entonces, es la oportunidad para hacer un balance sin implicaciones burocráticas.
¿Cuál es su mensaje para la MUD?
El partido comunista que era una fuerza impresionante con impecables credenciales democráticas por haber luchado contra Gómez y Pérez Jiménez cometió la estupidez de lanzarse a la lucha armada en 1960. En 1963 ya se sabía que eso era un fracaso político y militar.
Pero esa dirección por no reconocer sus errores siguió en la lucha armada hasta 1968. Fueron miles los jóvenes venezolanos que murieron simplemente porque una dirección política no quiso reconocer sus faltas. Yo no desearía que en este momento, por tener a una dirigencia que no quiere reconocer sus traspiés, nos metamos en una espiral de fracasos.
Ojalá que la MUD no se meta a Madurista, porque Maduro cuando se equivoca no corrige sino que se radicaliza, es decir, profundiza el error. Ojalá que la oposición proceda a corregir el error y no se radicalice porque esto solo ha llevado a la desconexión con el pueblo que sufre y protesta.