La justicia venezolana anunció este domingo la orden de prisión preventiva contra dos personas presuntamente involucradas en frustrados atentados con explosivos denunciados por el gobierno, que vinculó dichos planes a la oposición y a Bogotá.

Un juzgado especializado en terrorismo dictó «medida preventiva privativa de libertad contra los ciudadanos Luis Ricardo Gómez Peñaranda y Pedro Pablo Santana Carballo», anunció en un comunicado el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).

Señalados de los delitos de terrorismo y tráfico ilícito de armas de fuego, serán recluidos en la sede de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) en Caracas, agregó el TSJ, de línea oficialista.

Aunque no ha trascendido mayor información sobre los detenidos, el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, identificó el sábado a Gómez Peñaranda, un ciudadano con doble nacionalidad colombiana y venezolana, como uno de los tres supuestos ejecutores de los atentados, cuyo arresto se produjo el pasado jueves.

Según el ministro, un grupo de «terroristas y asesinos» buscaba dinamitar el Palacio de Justicia, una sede policial y un edificio en una barriada popular en Caracas, en unos planes coordinados por un mayor general retirado y en los que estaría involucrado el presidente colombiano, Iván Duque.

Rodríguez señaló como jefe político de la operación al exiliado parlamentario Julio Borges, nombrado esta semana «comisionado de relaciones exteriores» por el líder opositor Juan Guaidó, reconocido como presidente encargado de Venezuela por medio centenar de países, entre ellos Colombia.

Por su parte, Borges desestimó este domingo la denuncia del gobierno chavista calificándola de «guión desgastado».

«Intentan tapar lo que ya el mundo sabe: han convertido a Venezuela en un santuario de grupos narcoterroristas y criminales que buscan desestabilizar la región», indicó en Twitter Borges , quien reside en Bogotá

Estos nuevos señalamientos se produjeron en medio de denuncias de Iván Duque de que el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, a quien tilda de «dictador», apoya a un grupo disidente de la guerrilla de las FARC que anunció su rearme esta semana tras apartarse de los acuerdos de paz suscritos en 2016.