EL PADRÓN ELECTORAL, de acuerdo al CNE, sumaba los 20.555.000 de ciudadanos potenciales para los comicios del pasado domingo 20 de mayo. De estos, 9.132.655 sufragaron por los cuatro candidatos que optaban a la presidencia de la República: Nicolás Maduro Moros, Henri Falcón, Javier Bertucci y Reinaldo Quijada. El resultado oficial fue que el ganador obtuvo 6.222.000 votos a favor, a lo que nos preguntamos: ¿de todos estos no habrá siquiera una docena que sepa de economía y enderece la maltrecha situación vigente y acabe con la hiperinflación?…ESCUCHAMOS pacientemente la alocución presidencial ofrecida en el Palacio Federal, el jueves 24, en donde hizo un mea culpa sobre los errores cometidos tras 5 años de gestión y nuevamente apeló a levantar la productividad, insistió en el diálogo y en la inversión local y foránea, aunque repitió que se iba a profundizar el sistema socialista y revolucionario que nos tiene como estamos…NO DIJO NADA sobre el reciente estudio internacional que revela que en 1998 Venezuela era el segundo país más rico de América Latina y que hoy se ubica entre las siete naciones más pobres del Hemisferio, y que peor estará para el 2022, pues caerá entre los cuatro de menor comportamiento económico…REPITIÓ LA PROMESA de duplicar la producción petrolera, que ha caído a menos de la mitad, como cuando la encontró la revolución bonita al despuntar este siglo, que era de 3.5 millones de barriles diarios y que según la OPEP está actualmente por debajo del millón y medio, continuando en su descenso…TAMPOCO SE REFIRIÓ a cómo quedaron los portadores de los carnets de la patria, a quienes luego de pasar por los puntos rojos les prometieron bonificarlos con unos apetitosos 10 millones de bolívares, rechazados luego ante su ilegalidad por el CNE, dejando a sus portadores latiéndole a la luna por cultivar esta ambición insatisfecha y sobre todo como para ejemplarizar de que la voluntad personal no tiene precio…DE SU PRESENCIA en la sesión de la Asamblea Nacional Constituyente, que seguimos de cerca desde sus inicios hasta su final, y a pesar de que pidió a la audiencia que no aplaudiera cada nada, esta se puso en pie varias veces para hacerlo como un acto mecánico por lo que decía el presidente, por más que este demostrara su desencanto ante los resultados obtenidos a lo largo de este quinquenio, a lo que le faltó revelar si iba a cambiar su gabinete ministerial por completo o si a la redimensión de sus políticas por una mayor productividad en todos los órdenes, no habría necesidad de poner nuevas voluntades, con nuevas ideas, nuevas cualidades, nuevas eficiencias, nuevas capacidades, para salvarnos del naufragio, que para muchos se va a convertir muy pronto en una espantosa realidad o que la espada de Damocles no resiste mantenerse permanentemente sobre nuestras cabezas.

Es cuestión de tiempo.

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Y ESTO, es todo por hoy

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MENTIRAS  Universales:

“El cambio empieza mañana”

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DIOS los bendiga…¿Saben?

VÍCTOR MATOS