ASÍ COMO HUBO en Uruguay un José “Pepe” Mujica, recientemente fallecido, considerado el guerrillero tupamaro que llegó a presidente como el más humilde del mundo, igualmente España cuenta con otro político de similar talante: Miguel Ángel Revilla, quien fuera varias veces presidente de la comunidad autonómica de Cantabria y quien enfrenta en la actualidad la ira del rey benemérito de ese país, Juan Carlos I, por haberle criticado una fortuna inusual y de refugiarse en paraísos fiscales para burlar el pago de impuestos a la península ibérica… EL REY JUAN CARLOS, a quien se le debe el retorno a la democracia tras el régimen de Francisco Franco, y reconocido como un valor para la historia española, renunció a su cargo a favor de su hijo el actual rey Felipe VI, dejó el Palacio de la Zarzuela, abandonó a su consorte la reina Sofía, y dejó de ser el ejemplo de la corona para los destinos de la madre Patria… ANTE TANTOS errores, los que lo defendían por su rol histórico hoy lo critican acerbamente, entre ellos Miguel Ángel Revilla, quien se mantuvo en sus trece a la primera cita conciliatoria de la demanda, luego de insistir en sus críticas al penúltimo soberano de la familia de los Borbones… AMBOS CASOS son dignos de comentarlos en un mundo donde la gran mayoría de los políticos entran pobres al poder y salen millonarios del mismo; y en tal sentido, quienes hemos seguido ambas trayectorias, la de José Pepe Mujica en la República oriental de Uruguay, y la de Miguel Ángel Revilla como presidente de Cantabria en España, hemos visto con satisfacción que aún hay hombres probos, sencillos, sinceros, que han tomado su paso por la política como un ejercicio de servicio, honestidad y honradez de principios… REVILLA, octogenario ya en su almanaque de vida, se mantiene en sus conceptos y revela que de perder el caso por presunta calumnia contra el exmonarca, pagaría de su propio peculio la reparación exigida, pues está convencido de haber contado con las fuentes confiables y públicas de las cuales han derivado sus comentarios contra el personaje que pudo haber dejado estampado su nombre como el salvador de su nación a partir de 1975… POLÍTICOS como los anotados, son el verdadero ejemplo de una actividad que honraría a quien la ejerza sin terminar a dar cuenta de riquezas mal habidas o de engaños a la buena fe de los pueblos. Tanto Mujica como Revilla, deberían entrar desde ya en los anales de quienes dedican su vida por el bienestar del prójimo.
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Y ESTO, es todo por hoy.
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MENTIRAS universales:
“Jamás he tocado un centavo del erario público”.
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DIOS los bendiga, ¿Saben?
VICTOR MATOS