EL CAFÉ ES PARA Venezuela lo que el mate en Argentina o el té en el Perú, bebidas que invitan a cordializar, a saludar al visitante, a desearle una buena estada, a compartir con una sonrisa de por medio, momentos de reconocimiento mutuo y de buen talante tanto para quien invita como para el invitado…..PERO ES QUE ni siquiera una tacita de café le fue ofrecida a nuestra gobernadora Laidy Gómez cuando intentó sin éxito entrevistarse con el flamante ministro para la Salud Carlos Alvarado, el número 16 en estos 18 años de revolución…..LA PRIMERA magistrada regional no iba precisamente al despacho del titular para un encuentro de cortesía sino para requerimientos urgentes que ameritan soluciones imperiosas en nuestro Hospital Central de San Cristóbal. Pero su intento no corrió con suerte. Simplemente no se le abrieron las puertas cuando menos para escuchar la angustia que se vive en el principal nosocomio tachirense……”SIN HOSPITALES no hay esperanzas”, la sentencia de la cuña ganadora de la Cruz Roja Internacional de la cual diéramos cuenta en la columna de ayer, cobra hoy vigencia más que nunca, pues en su buen funcionamiento está la vida misma, consagrada en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y que se incumple de la manera más alegre como si no estuviera pasando nada en ese sector……LA CALAMIDAD está llegando a tan altos niveles, que muchos piden se fusionen los hospitales del Seguro Social y del Central ante la falta de personal asistencial, la ausencia de insumos, la escasez de medicinas, la pobreza en que se están desenvolviendo, ante la actitud impávida de las nuevas autoridades negadas, no únicamente a atender, sino cuando menos escuchar los planteamientos que llevaba la gobernadora del Táchira en busca de respuestas que tendrán que esperarse sabrá Dios hasta cuándo…..MIENTRAS TANTO se revela que el déficit de enfermeros y enfermeras en el Hospital de San Cristóbal se encuentra en un 77%, que faltan médicos especialistas, que el éxodo de empleados y obreros aumenta cada nada, y que en fin, de dolor de cabeza, la situación ha pasado a terapia intensiva porque las soluciones no llegan, o cuando menos no se atienden los clamores de los gremios a los que solo les queda la protesta permanente y en cualquier momento, el paro indefinido para ver si se mosquean por el sector responsable de cuidar la salud del pueblo, un pueblo enfermo no solo por la pobreza imperante sino por la desatención oficial que viene sufriendo aparentemente sin dolientes, pues si les cierran las puertas a la máxima autoridad del estado, qué nos queda para el resto de vulnerables mortales. Dígalo ahí.
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Y ESTO, es todo por hoy.
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MENTIRAS Universales:
“Tome este cafecito que ya lo van a atender”.
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DIOS, los bendiga, ¿Saben?
VICTOR MATOS