LOS LIBROS son como el paraguas: Solo sirven cuando se les abre. El primero para guarecerse, y el segundo para cultivarse culturalmente. Lamentablemente, la tecnología está acabando con ese hermoso hábito de introducirse en un buen texto impreso para deleitarse con sus personajes en el caso de las novelas, o para aprender, en el sentido de la formación educativa… HOY EN DÍA el niño y el adolescente prefieren ensimismarse en el celular; se ve cautivado en buscar respuestas en el Internet, pero poco o nada en investigar, hurgar en los textos de conocimientos y mucho menos preguntar a sus padres, maestros o representantes sobre cualquier inquietud… A ESTO OBEDECE que en varios países de Europa y hasta dos de América Latina (Brasil y Chile), se ha prohibido el uso del teléfono móvil por los estudiantes de primaria cuando estén en clases para evitar así que se distraigan de las luces expuestas por sus profesores, y se encierren en el pequeño teléfono en busca de cualquier respuesta… Y AHORA EL LIBRO, la novela, el cuento, la poesía, se ofrece en la pantalla del computador, pasando a la historia el hojear las páginas de un buen escrito, que felizmente aún no ha sucumbido a la era moderna y que desconocemos hacia dónde nos llevará por cuanto si se produce un apagón general, como el sufrido en días pasados en España, en donde dejaron de funcionar lo teléfonos portátiles, nos encontraremos más oscuros en la busca de conocimientos… VOLVERÍAMOS irremediablemente a la época de las cavernas o del desconocimiento, por no contar con las herramientas humanas de la difusión del saber para que cada generación herede el pasado, conviva con el presente y se enfrente al futuro… POR ELLO reconforta el éxito obtenido en las Ferias del Libro que se llevan a cabo en Europa y buena parte de América Latina aún con resonante éxito… DESGRACIADAMENTE no podemos decir lo mismo en nuestro medio, en donde las bibliotecas públicas lucen abandonadas, sin programas atractivos por la lectura, en donde un sistema oficial ha perseguido a los diarios independientes, que han desaparecido en su edición impresa o  ha  reducido su circulación a un puñado de lectores cuando antes eran tan demandados por la colectividad… LA IGNORANCIA es propia de todo ser humano al venir al mundo, pero el mismo va siendo moldeado por sus padres y maestros tanto en el hogar como en la escuela, lo que se está perdiendo, incluso con la preparación a distancia que aleja del calor humano a las nuevas generaciones y los convierte en robots esclavos del celular.

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Y ESTO, es todo por hoy.

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MENTIRAS universales:

“Con mi celular, tengo”.

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DIOS los bendiga, ¿Saben?

VICTOR MATOS