UNO ABRE el periódico, otro escucha la radio, un tercero ve la pantalla del televisor, y finalmente un cuarto revisa las redes sociales, y a todos por igual se les desorbitan los ojos que les bailan en las cuencas óseas ante la noticia que “informa” sobre una posible invasión extranjera al suelo patrio, fenómeno que lo teníamos como eco lejano de principios del siglo pasado cuando mandaba el “mulero” Cipriano Castro, quien protestaba contra la presencia de barcos de guerra alemanes y franceses que amedrentaban por el pago de una deuda heredada de sus antecesores… EN LA ACTUALIDAD, siglo y cuarto después, los medios alertan sobre la presencia de buques de guerra de la marina estadounidense que dicen que vienen a rastrear el presunto tráfico de drogas hacia su país… ESTO NOS TRAE a la memoria lo acontecido hace treinta y seis años en las costas de Panamá, cuando surgió la invasión norteamericana para arrestar al presidente de entonces Manuel Antonio Noriega, sembrando de muerte entre la población del istmo, para luego llevar a la cárcel al general presidente, en donde se le condenó por 40 años por tráfico de estupefacientes… EN LA ACTUALIDAD la Marina de esa misma potencia se encuentra en el mar Caribe, frente a las costas venezolanas, esgrimiendo como pretexto el luchar contra el narcotráfico internacional, pero esta vez con buques de guerra, un submarino nuclear y 4 mil 500 infantes de marina de apoyo, lo que ha puesto a sonar las alarmas, llamando al alistamiento de unos cuatro millones quinientos mil civiles para sumarse al esfuerzo militar y ponerse en pie de lucha… MUCHOS APELAN al adagio de que la historia se repite, pero lo que sí es cierto es que aunque guerra avisada no mata soldado, hay que estar avispas y dormir con un ojo abierto porque nunca se sabe… COMO SIEMPRE, el tremendismo periodístico que ahora sí que invade las redes sociales, transmiten tal cantidad de calamidades para el futuro de nuestro país, que muchos se encuentran con la piel de gallina y se acuestan con los pelos de punta, esperando qué pasará mañana… ¡AY MAÑANA! Como decía el recordado locutor deportivo “Papaíto” Candal, pues no sabemos si lo que se lee tiene visos de certidumbre, si lo que escuchamos viene de buena fuente, o si es cierto que fuerzas, no extraterrestres, pero sí con misiles y hasta con potencial atómico, hormiguean por nuestras profundidades oníricas sin saber si vamos a despertar con la arepa esperada del desayuno, o con el arma para defendernos.

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Y ESTO, es todo por hoy.

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MENTIRAS universales:

“¡Vengan! Que aquí los esperamos en la bajadita”.

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DIOS los bendiga, ¿Saben?

VICTOR MATOS