EN DICIEMBRE de 1960, Empresas Polar publicó una nota publicitaria en el diario Últimas Noticias bajo el título de “¡Se acabó la piladera! Subrayando: “Llegó el producto alimenticio nacional”, con la aparición en nuestros hogares de la primera harina precocida de maíz industrializado en Venezuela: Harina PAN, elaborada en la planta de Refinadora de Maíz Venezolana de los Valles de Aragua….Y AGREGABA que este producto podía ser considerado como un éxito de desarrollo local, un invento trascendental, ya que tendría un significativo impacto en los hábitos alimenticios de la nación….EFECTIVAMENTE, así fue. Hace 63 años que cambió la historia en la práctica alimentaria con la multisápida arepa que antes de esa fecha obligaba a las amas de casa y buena parte de la familia a madrugar para empezar a pilar el grano que luego era amasado y servía de pan nuestro de cada día….DESDE ENTONCES se cambió el hábito en cada familia venezolana y las mamás se sorprendían al abrir el empaque de un kilogramo envuelto en papel amarillo con su círculo azul y en blanco el nombre P.A.N. que resultó muy fácil de recordar a lo largo de más de seis décadas de estar en el mercado, demostrando que con solo agua y un poco de sal era posible obtener en escasos minutos la masa para preparar las más exquisitas arepas, dejando atrás los dilatados y laboriosos procesos manuales para su confección….LO DEMÁS ES historia patria, pues salieron otras empresas que hicieron lo mismo con el maíz en una sana competencia, a precios asequibles para entonces al bolsillo de todos los venezolanos…..PERO AL PARECER, los cielos nutricionales de ayer empezaron a sentir serios nubarrones, pues el paquete del llamado para entonces “milagro” llamado Harina Pan empezó a escasear primero, y luego a subir de precio, por lo que algunas voces agoreras han señalado que no sería de extrañar que se volviera al uso del pilón, a levantar a los muchachos antes de tiempo para ayudar en la tarea, y en el angustiante ritornello de “volver, volver, volver” a las costumbres de antaño ante la angustia económica que se vive actualmente, a punta de bonos, es verdad, pero ante la incertidumbre de desconocer hasta cuándo durará el consumo de la bendita harina que cada vez que sube el dólar, se devalúa la moneda y se hincha la inflación, más caro se pone el paquete…..DE TAL FORMA QUE lo que se había convertido en piezas de museo el uso de utensilios antiguos como el metate, el pilón y el molino manual, renacerían como por encanto, y la ya tradicional harina precocida se convertiría en un alimento sabroso para paladares exquisitos.

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Y ESTO, es todo por hoy.

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MENTIRAS universales:

“Cada chamo viene al mundo con su arepa bajo el brazo”.

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DIOS los bendiga, ¿Saben?

VÍCTOR MATOS