Noche de Ronda
NOCHE DE RONDA 286

PASADO MAÑANA será el recibimiento del Año Nuevo 2026. Dejaremos atrás los sinsabores de este enclenque y vejestorio 2005 que cuando nos prometía mejores rumbos, se va lleno de andrajos, de temor y de incertidumbres como jamás lo hubiésemos creído… PERO ESTÁ PROHIBIDO mirar atrás, no sea que nos convirtamos como la bíblica mujer de Lot y nos quedemos como estatuas de sal… YA LO QUE FUE, fue, por lo que se nos hace obligante mirar hacia el futuro, luchar por nuestras mejorías, salir de la cama de cuidados intensivos e irnos por esos caminos que a finales del presente, nos ha dejado como medio reventados… Y SI BIEN se habló que la economía se había desarrollado en un 8 por ciento, el dólar que el año pasado estaba a cuarenta bolívares, se acerca en este fin de jornada a los trescientos y dele que es tarde, como para “samaquearnos” los bolsillos que ya no dan para más ante el alza de los productos de la casa y del urbano vivir… A LO MEJOR seguiremos leyendo a los economistas independientes que señalan que la culpa es del Gobierno, o a los del Gobierno que la culpa es del bloqueo, de las sanciones, del imperialismo, es decir de los mismos argumentos de todos los años que a decir verdad nos siguen manteniendo en ascuas… LO QUE SÍ es cierto es la mengua en la adquisición de recursos, en la capacidad de compra, en la incertidumbre hacia dónde seguiremos yendo sin que haya nadie que vaticine un alegre despertar y que nos brinde optimismo para no repetir este 2025 y tengamos cuando menos esperanzas para el venidero 2026. Nos lo merecemos… BASTA YA de tantas angustias; punto final a tantos desvelos. Bajemos el telón de la desesperanza. Exijamos buscar el camino de la prosperidad para acabar con el infortunio es lo menos que podemos pedir a Dios para que nos ilumine, alumbre a quienes nos gobiernan y nos abra los senderos para un mundo mejor… DE TODAS formas, y de cualquier manera, seguimos manejando aquello de que “la esperanza es lo último que se pierde” por más que ella no satisfaga nuestro apetito por la felicidad futura, dicha que anhelamos para todos nuestros consecuentes lectores y para la familia venezolana toda, a la que auguramos un porvenir sin sobresaltos, con miras largas de progreso para que nos acostemos tranquilos y sin nervios y amanezcamos como gloriosos ciudadanos que solo cumplen con sus obligaciones por un futuro prometedor. ¡Feliz Año 2026!

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Y ESTO, es todo por hoy.

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MENTIRAS universales:

“Un nuevo mundo nos espera a la vuelta de la esquina”.

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DIOS los bendiga, ¿Saben?

VICTOR MATOS