Cuando se regala felicidad
25 de noviembre de 2024
SE VA EL 2019, para muchos con más penas que glorias, con menor optimismo y con mayor incertidumbre, y como todo año viejo, se espera con la quema de pólvora y cohetes del 31, enterrarlo entre los arcanos más pobres de nuestra historia contemporánea…SIN EMBARGO, se acentúan las promesas del ¡ahora sí! de la prosperidad y la comodidad futura, tanto del Gobierno, cuyos voceros vaticinan un arranque de la economía, como de la oposición, por el cambio que ese sector lucha por conseguir…Y COMO SE DICE en ruso, “Ne Jochú”, No Quiero, es el mensaje que deseamos darles a nuestros asiduos lectores para este fin de jornada de los 19 años del siglo 21, que ha dado más tumbos que borrachito buscando bar libre…EN EFECTO, no queremos que en el venidero 2020, la pasada Noche Buena y el próximo Año Nuevo, se festeje con las sillas vacías en muchos hogares, cuyos hijos, padres, hermanos se encuentran por millones en situación de migrantes en otros países, extraños a sus costumbres, alejados de sus afectos. En ese sentido, simplemente no queremos que esto suceda…ESO SÍ, anhelamos seguir en la brega por un mejor porvenir, que se pongan de acuerdo las partes, que se fulmine la retórica falsa e hipócrita, que aliente unos buenos días llenos de sonrisas, de ganas de aprovecharlos y de echar pa´lante, sin que se oprima el estómago por la falta de desayuno, se arrugue el corazón por la nostalgia ante los que se han ido, y en fin, que se muestre el rostro feliz que se mantenía antes, más que antes, como ese ayer que muchos añoramos…DE TODAS formas, el tiempo es inexorable. Nos consume permanentemente. Los buenos deseos cuando menos alivian los sufrimientos y nuestra esperanza, que es lo último que se pierde, seguirán ahí, impolutos, con el ruego que se cumplan los sueños que ritualmente cada nuevo año nos hacemos para enriquecer el ego, y para proteger a nuestros seres queridos…QUEREMOS que algún día se acaben las interminables colas para surtirse de gasolina, que se ponga fin a la falta del gas doméstico, que se regularice el transporte urbano, que se neutralicen los constantes apagones, que se alumbren nuestras calles y avenidas, que se castigue a tanto malandro suelto, que se ponga punto final a la hiperinflación, que circule con valor nuestro signo monetario, tan humillado en la actualidad, que se repotencie el aparato productivo, que se cumpla con el horario normal de los trabajadores, que se remunere eficientemente a la clase laboral, en fin, que se devuelva la calidad de vida que gozábamos hasta finales del siglo pasado, y que se sienten los tirios y troyanos para que se acuerden que existe un pueblo que clama por su bienestar. Y de manera adelantada, ¡Feliz Año Nuevo! y que sus aspiraciones se cumplan, como debe ser.
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Y ESTO, es todo por hoy
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MENTIRAS Universales:
“Pasamos el mejor año de nuestra vida”
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DIOS los bendiga…¿Saben?
VÍCTOR MATOS
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