SEGÚN EL CALENDARIO judío, este es el año 5779; para el calendario musulmán, estamos en el 1438, y para la era cristiana, nos encontramos en el 2020, y aunque alguien dijo que no hay que juzgar mal un año hasta que no llegue diciembre, la verdad hoy es que este, que se encuentra en la mitad de su expiración, muy mal que nos ha tratado…Y SI HA SIDO MALO para el mundo desde la aparición del coronavirus a finales del año pasado en China y que sigue diezmando al planeta en estos seis meses que estamos pisando, para nosotros ha sido peor, toda vez que, además de la pandemia, ha golpeado duramente nuestra economía, confinados por tres meses en casa, y rotos nuestros contactos afectivos para evitar así el contagio de un virus que, hasta la fecha, se ha convertido en un misterio invencible…PERO LO MÁS preocupante es el cálculo hecho por las fuerzas políticas en su forcejeo por superar una parte a la otra, así la mayoría siga arrastrando una crisis no originada por la plaga mortal, sino por la falta de cooperación entre los que tienen la posibilidad de acordar medidas para salir del atolladero…HEMOS VISTO cómo se van cerrando los canales de comunicación, la manera que afecta al pueblo en general, la incertidumbre que crea la resignación, el odio o la depresión, sin que nadie enarbole alguna sensata idea que nos alumbre un porvenir sin angustias ni sobresaltos…ALGUIEN DIJO alguna vez que quien no te responde ya te contestó, y eso es precisamente lo que estamos padeciendo, pues no vemos respuestas que alivien la tristeza, la desesperación y la desesperanza, que se han convertido en el pan nuestro más barato del día a día, pero el más caro para nuestra subsistencia…SE SIGUEN viendo conspiradores por los cuatro costados, desestabilizadores de oficio, renegados del sistema, pero pensándolo bien, el solo conspirar es una locura, pues en cualquier conspiración, sus puntos más débiles son los mismos que la conforman, pues de ella emerge o un soplón, un infiltrado o un traidor por ambiciones insatisfechas, de allí que creer en su éxito es mentirse a sí mismo, y ahora menos, en un ambiente de acción policial permanente que delata cualquier mal o buen pensamiento antes que se materialice…POR TODO ELLO, el futuro se nota más que oscuro, la penumbra muestra un porvenir nada auspicioso, y la llamada luz al final del túnel no acaba de encenderse a plenitud, pues cada día que pasa se presenta una novedad que, en lugar de acariciar nuestras ansias, nos sigue castigando, a lo mejor hasta convertirnos en el bagazo de los trapiches azucareros que están y no están, porque ya de nada sirven.
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Y ESTO es todo por hoy
MENTIRAS Universales:
“Hoy amanecí más optimista que nunca”
VÍCTOR MATOS