EL DÓLAR SUPERÓ la barrera de los 3 millones de bolívares por unidad, mientras la hiperinflación sigue su sendero alucinante, que hace que los precios de los artículos de primera necesidad continúen rampantes a cifras que cada día están al alza, como por ejemplo las carnes de vacuno en San Cristóbal, que de 8 mil pesos el kilogramo, ya se vende en 14 mil pesos, lo que al cambio serían unos 14 millones de bolívares…MIENTRAS TANTO, se sigue hablando, hablando y hablando de mesas de diálogo, en un bla, bla, bla, que ya nos tienen acostumbrados tanto el oficialismo como la oposición, con encuentros con Fedecámaras, Consecomercio, Conindustria, Fedenaga y cuanto organismo de la empresa privada haya, sin que se sepa de qué hablan, cómo hablan y cuándo dejarán de hablar para darnos a conocer lo que medio mundo reclama: soluciones, soluciones, soluciones, pues el otro medio mundo está preocupado en si va a almorzar o cenar en el día…NO CABE DUDA que el gobernar es un arte y quien detecta tales responsabilidades, si obedece al resultado de la votación popular, el compromiso de cumplir las promesas, el compromiso es mucho mayor, pues como lo sentenciaba el Libertador, se está obligado a dar la mayor cantidad de felicidad posible a sus ciudadanos, sin distinción alguna, ni de credo, posición social o política…Y HACIA allí apuntan todas las constituciones surgidas de un sistema democrático para hacer el balance de ingresos necesarios, de justicia permanente y de equidad con los gobernados, pues no se concibe que la clase trabajadora tenga que recibir un ingreso mensual mínimo que no alcanza ni para el pan de cada día…SE HABLA, se habla y se habla, en los predios de los diputados de la Asamblea Nacional, de “sincerar” los salarios en el país, pero hasta la fecha, desde su instalación, ni sus representantes ni los dirigentes sindicales se pronuncian, mientras dejan que la insostenible situación continúe frente a una población que se está malacostumbrando a los bonos, al “redondeo” con otras actividades fuera de sus obligaciones laborales, a colocar los minikioscos de ventas de lo que sea para poder cubrir sus necesidades…NADIE SE RUBORIZA que ganemos menos, pero mucho menos de lo que percibe un trabajador en Haití, el país más pobre de América, y tampoco por el fenómeno de la diáspora de nuestros jóvenes al exterior en busca de una mejor calidad de vida, pasando la mar y morena para poderse asimilar a otras culturas, a diferentes costumbres y hasta a ser víctimas xenofóbicas, lo que jamás habían experimentado, pues este,  su país natal, fue por décadas la cuna de atención de los migrantes, tanto de Europa como de toda América Latina. No hay derecho.

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Y ESTO, es todo por hoy

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MENTIRAS universales:

“Estamos en el camino correcto”

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DIOS los bendiga…¿Saben?

VÍCTOR MATOS