“LO QUE DIOS UNE EN LOS CIELOS, ningún hombre lo desatará en la tierra. En su nombre, los declaro marido y mujer hasta que la muerte los separe”, fueron las palabras que nos dirigiera a mí y a Zoyré Frontado el cura párroco de la iglesia de Lagunillas en el estado Zulia, hace apenas ¡50 años!… ESTAMOS FESTEJANDO ese medio siglo de unión entre dos almas que el mundo puso en el camino del amor, la fraternidad, la lealtad, la confianza y del bienestar anímico, pues nos bendijo con el nacimiento de nuestro unigénito Yimber, a quien le dimos los valores familiares que nos dieron nuestros padres… LA CEREMONIA religiosa en la principal parroquia en esa época, distrito Lagunillas, contó con la presencia de familiares y amigos, pues días antes habíamos formalizado la unión civil en el municipio Pedro María Ureña del distrito Bolívar, estado Táchira, cuyo presidente municipal era nuestro recordado colega Erasmo Rosales Avendaño… EL TIEMPO, fiel testigo de lo pasado, ha teñido de blanco los cabellos, canas que reflejan la edad de la experiencia, los afanes profesionales, ambos en el campo del periodismo han fijado nuestros recuerdos; pero lo más dichoso, el arribo de nuestros nietos, han rubricado esta etapa a la cual no soñamos llegar pero que gracias al Todopoderoso logramos esa meta que dichosamente rubricamos. Y que conste en acta, que las proféticas palabras del presbítero se cumplirán, hasta que la muerte nos separe. Sí señor… DICEN QUE LAS bodas hoy en día duran poco. Falso. Los que duramos poco somos nosotros que quisiéramos ser eternos, esquivando ese final que es el llamado del más allá, pero eso sí, bajo el cumplimiento de nuestra fe y de nuestros deberes, no solo consigo mismos, sino con los que hemos traído a este mundo para dicha de todo hogar feliz.
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Y ESTO, es todo por hoy.
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MENTIRAS universales:
“Me parece que todo ha sido un sueño”.
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DIOS los bendiga, ¿Saben?
VICTOR MATOS