Porfirio Parada
ñor trato de arrepentirme de los pecados, de las mentiras, de los robos, de los sobornos, de la gula, de la hipocresía y de los demás pecados que escribo, confieso y que he cometido como otro mortal más de tu extensa lista de creación. Me arrepiento por desviarme del buen sendero, ignorando los buenos valores que mis padres me dieron desde niño. Me arrepiento de mi mente retorcida no enderezada, que corrijo y que vuelve a caer, en los vicios, en nuevas mentiras, en el disimulo y en la deshonestidad. Señor me arrepiento por pensar en el suicidio cuando tenía 15 años, cuando por aquellos años supe lo que es ser vago, mediocre y sin aspiraciones en la vida.
Me arrepiento cuando siendo adolescente intenté matar a un animal, un pequeño gato. Lanzándolo varias veces por un monte donde vivía, hasta que salió sin un ojo y con una pata fracturada. Años después lloré arrepentido por la acción maldita. Me arrepiento por negar la religión, la herencia católica, por negar las oraciones, el Padre Nuestro y la Ave María, Misterios del Rosario, Misterios gozosos, luminosos, dolorosos, y gloriosos. Me arrepiento por no pensarte ni agradecerte la existencia como debería, por mi falta en las visitas al templo, a las diferencias iglesias que hay en la ciudad y que no visito, incluso, cuando paso por alguna de ellas, pienso en persignarme, pero no lo hago, y te vuelvo a negar.
Señor me arrepiento de todas mis culpas que son muchas, y no me arrepiento de otras, me arrepiento por el exceso de dudas, de anti valores, de distracciones, de consumos superficiales en lo que vemos por internet y antes en la televisión, por desaprovechar mis tiempos libres, en solitario, haciendo nada o muy poco. Me arrepiento por la pornografía vista, por la ridícula vanidad en pensamientos, actitudes, incluso vestimenta. Me arrepiento por algunas veces seguir a personas viciosas, estafadoras, mala gente, interesadas, charlatanes, problemáticos, mitómanos, envidiosas, falsas. Señor mis culpas y mi pasado lo llevo cargado en mi espalda, si arriba hay un Dios que todo lo ve, que llegue mi juicio, igual no estaré preparado ni hoy ni mañana. El libre albedrío ha sido mi propia condena.
Me arrepiento Señor por no tener eso que dicen temor de Dios. No lo pienso, no lo tengo, tampoco lo deseo. Las consecuencias serán inevitables, la justicia divina, el juicio final, la ida al infierno. Me arrepiento mi Señor por maldecir, maldigo mucho, a cualquiera hora y por cualquier razón. Maldita sean mis resoluciones ante la existencia, maldigo del alto cielo como maldice cantando Violeta Parra. Me arrepiento Señor por conocer el camino del bien y jugar con desviarlo, viviendo por semanas y meses en una cuerda floja por donde transito en calma pero desesperado, entre la sonrisa amarga y la ruleta rusa de los días.
Señor escribo “trato” de arrepentirme de los pecados porque mientras esté vivo seré un pecador, es decir, seguiré pecando. Me arrepiento por la lujuria y la masturbación. Me arrepiento por los caminos desorientados de estar en el limbo, ser fantasma en la noche que se me olvidará por partes al día siguiente. Me arrepiento por vivir por momentos en lagunas mentales. Me arrepiento por tener algo de oveja negra, algo de desagradecido, de impuntual, de inmoral, de estúpido y de pendejo. Señor si tienes bondad e infinita misericordia, te escribo no buscando la vida eterna, escribo para comunicarme con un Dios pero también con un humano, con otro hombre débil que sufre, padece y siente como uno, como pasó sus días tu hijo Jesucristo.
Me arrepiento por no escribirte antes mi Señor, por no acercarme antes, por no cambiar antes, esperando tener la soga al cuello para la ayuda y la oración en el último suspiro del sufrimiento. Señor de todo corazón deseo que mis penas, mis faltas, y mis pecados sean perdonados no por ti, ni por un pastor ni menos en el espacio de una iglesia, el mejor perdón es el mejor actuar de uno mismo en los días venideros para estar más tranquilo de conciencia contigo Señor, con mi familia, con la gente que lo aprecia a uno, con el mundo, la naturaleza y los animales. Por todos mis pecados y mis culpas, por este siglo, y por los días errantes que vienen, amén.
Lic. Comunicación Social
Locutor de La Nación Radio