Julieta Cantos
En un recorrido a través del problema del abastecimiento de combustible, fue interrumpido por situaciones más mundanas, pero también más emocionales, y significativas, desde el plano personal. Hace unos años, muchos en realidad, asistí a la edición del año 94-95 del Festival de Cine Internacional de Cartagena de Indias. En esa edición participaron referentes importantes del cine y la literatura: Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes, Carlos Azpúrua, Laura Esquivel, Alfonso Arau, Jorge Perugorría, Vladimir Cruz, Tomas Gutiérrez Alea y Werner Herzog, entre otros.
Fue un momento valioso para el cine latinoamericano. Se estrenó, con éxito, la película mexicana basada en el libro “Como agua para el chocolate”, de Laura Esquivel, dirigida por el entonces marido de la escritora y reconocido director, Alfonso Arau; así como la película “Fresa y Chocolate”, con el director Tomas Gutiérrez Alea y los actores cubanos, Jorge Perugorría y Vladimir Cruz. Los encuentros con los personajes -escritores, directores, actores- fueron tan significativos o más que la proyección de las mismas películas. El ambiente festivo y de celebración ante el hecho artístico cinematográfico, era parecido a lo que describía Hemingway en su libro “París era una fiesta”.
Se estrenaron, en ese momento, y entre muchas otras “La Edad de la Inocencia” y “En el Nombre del Padre”. Los comentarios fluían como corrientes de agua, libres, arrolladoras. Las jornadas, a veces, incluían hasta 16 películas en un día. Se sentía una ansiedad y voracidad permanente por asistir a la mayor cantidad de proyecciones posibles.
Como señalé antes, todo era festivo, pero lo que más recuerdo, y me marcó como un hierro candente, fue la charla de Werner Herzog, el extraordinario director de cine alemán, con su particular estilo, y reconocido por películas como Fitzgerraldo y Aguirre: la cólera de Dios.
Herzog enfatizó en su charla sobre la importancia de demostrar los sentimientos, específicamente en las relaciones de Amor y Amistad, con A mayúscula. Esa pasión, que debe ser transmitida en el trabajo fílmico, debe ser desarrollada en la cotidianeidad de las emociones. Contaba, como la única manera de expresar, mantener y cultivar los amigos, debía ser hecha a través del contacto físico. No es suficiente la llamada, ni el correo; debe ser el traslado a través de la distancia entre dos lugares, en el que se encuentra uno, y el otro. Habló de una amiga a la que quería profundamente, y que se encontraba muy enferma en un lugar distante del que él estaba. Su propósito era llegar a ella…recorriendo la distancia que les separaba…a pie. Era una ofrenda a su amiga, a lo compartido, era crear el ambiente místico necesario para creer que era posible. No recuerdo si llegó a tiempo o no, antes que la muerte…pero cuando llegó, estuvo presente, ante ella, y por ella.
Siempre he sido andariega. Amo viajar, recorrer los caminos y conocerlos. Los caminos y lugares de mi país, los espacios de mis amigos, estén donde estén…quizás por eso Herzog me llegó tanto. El fin de semana pasado, un muy querido amigo, arquitecto, de mi generación, quien estudió conmigo en la UCV, que además decidió no ejercer su profesión y escogió la danza, y luego se especializó en la danza Butho, realizó la presentación de una obra dirigida, coordinada y producida por él. Juan Carlos Linares. No fue extraño entonces mi decisión de transitar el camino desde San Cristóbal hacia Caracas, por tierra, con el único objetivo de compartir con los amigos y celebrar sus logros.
Parte importante de mi vida ha sido transitar caminos escogidos -aun aquellos impuestos por la vida, han sido decididos en primera instancia por mí-, en el acompañamiento de los seres amados: el compañero, los hijos, los amigos, los familiares. Aunado a mi gusto por el viaje, he entendido y por ende vinculado con la esencia de la literatura “de viajes”. Esa literatura que se recrea en las experiencias de carretera, de ciudades, que generan espacios urbanos e interurbanos, y reflejan parte de lo que somos, y en lo que nos convertimos.
Seguiré en el recorrido y el transitar del sentido común y la lógica de vida. Los invito a que transiten conmigo y compartan sus experiencias a través de [email protected]