Ante el sorprendente anuncio oficial delaumento en 102% del salario mínimo, se desataronmasivamente este jueves las cadenas de roscas expoliadoras en los comercios e industrias de toda Venezuela.En pequeños, medianos y grandes negociosmadrugaron cambiando presurosamente los precios de alimentos y bienes, para estar a nivel de las nuevas alzas salariales. Hasta los buhoneros agiotistas y los ilegales vendedores a domicilio.Aún en medio de la crisis económica y la hiperinflación. Nuevas y alarmantes expectativas en los hogares sin recursos y de la clase media, ahora desposeídos. Con mayor negatividad entre los jubilados gubernamentales y pensionados de los Seguros socialesque no podrán seguir teniendo acceso ni siquiera a la cesta básica. Mientras el gobierno lo considera justo y acertado, la oposición lo tilda de error garrafal. Estos son algunos de los precios de alimentos, fijados abusivamente desde el jueves: chuletas de cochino 4 millones de bolívaresel kilo. Costilla de res2 millones 500 mil bolívares por kilo. Pollo cada kilo2 millones 370 mil bolívares. Lengua el kilo 2 millones 300 mil bolívares. Leche por galón de 1.800 cm, 2 millones de bolívares. Naranjada galón de 1.800 cm 960 mil bolívares. Y así sucesivamente. No mencionemos las medicinas y bienes. Los precios subieron hasta el cuádruple en varias farmacias y establecimientos. Además, disculpen los lectores por hacer alusiónnuevamente a un tema con ribetes políticos, inusual en mis Cronísticas semanales, pero era hoy indispensable. Hay una ley en el Código penal venezolano con prisión de un año y multas contra los infractores de las cadenas explosivas de especulaciones, expoliación y agio. [email protected]
Germán Carías Sisco