Julieta Cantos
Pensé mucho en cambiar el subtítulo…pero es que todo está convergiendo en torno a un trabajo hecho de forma desinteresada, individual y colectiva…pero, sobre todo, con una intención clara: el rescate de nuestros espacios y la implementación de sistemas de evaluación.
Desde la pasada semana han sucedido muchas cosas, pero creo que una de las más interesantes fue el intento de evaluar lo que cada comisión estaba realizando: ¿cuáles eran sus responsabilidades, cuáles objetivos fueron alcanzados y cuáles están por alcanzar, qué reforzar, qué cambiar? Esto, aunque parezca sencillo, no lo es. Implementar sistemas de evaluación nunca es fácil, sobre todo cuando se aplica a trabajos no remunerados, como es el caso del trabajo con, por y para la comunidad. Significa, además, agotamiento, cuando por no tener claros los objetivos y las responsabilidades, se asumen más tareas de las que se puede, o no sabemos incorporar a otras personas para alivianar el trabajo y acercarnos más fácilmente a la meta. También sucede, más de lo que quisiéramos, que no sabemos transmitir con claridad los objetivos que perseguimos, y las tareas necesarias para alcanzarlos en tiempo y espacio. Pero como comentábamos en nuestro artículo anterior, este tipo de trabajos son de largo alcance y a largo plazo. Lo importante es darle continuidad, tanto al trabajo como a la implementación del sistema de evaluación. Definitivamente, es lo único que nos puede permitir corregir. Lo peor de todo, y lo digo con propiedad, es escuchar las críticas cuando provienen de otros hacia nosotros. Eso significa tener no solo la capacidad de escuchar sino de rectificar. Escuché en estos días un par de hermosos mensajes, que más o menos decían…”quien le tiene miedo a la muerte, le tiene miedo a la vida”, “quien sabe escuchar, sabe amar”.
En síntesis, se deberían implementar sistemas de evaluación, claros, precisos, flexibles, reflejados con tareas en el tiempo, con criterios y determinantes -sobre todo estas últimas-, ya que significan cosas que “determinan” nuestros proyectos, y hay que tenerlas necesariamente en cuenta. Por ejemplo, la topografía, los cursos de agua, los períodos de lluvia o sequía, lo ya construido, etc., etc.
Claro, al emocionarse con tantas experiencias y posibilidades, se pregunta uno ¿por qué no evaluar al alcalde, a la gobernadora, a los concejales, a las comunidades, a las universidades, a los ministerios…? y pare usted de contar. En este ensayo de imaginación creadora, se extravía la mente en las posibilidades de cosas buenas que se podrían lograr…y aterrizando, nos damos cuenta de que eso es lo que deberían ser las rendiciones de cuenta, solo que a ellas no se les aplica ningún sistema evaluativo.
Ahora bien, en nuestro caso particular, podemos poner una marca de aprobación al director de Servicios Públicos de la Alcaldía, quien escuchando a la comunidad, ha reducido el tiempo de atención a la plaza Los Mangos, en cuanto a limpieza y mantenimiento. Ahora falta que logre conciliar la limpieza con la recolección.
También podemos poner una marca de aprobación al presidente del Consejo Comunal, quien ha estado escuchando a las diversas comunidades, en sus múltiples problemáticas.
Lo que más llama la atención es que, tanto el uno como el otro, son personas jóvenes. Ojalá, la conclusión sea que esta generación tenga como principios políticos, el interés de los ciudadanos, por encima de sus propios y particulares intereses.
Pero la cosa no queda aquí, un grupo de estudiantes de Ingeniería Industrial y de Arquitectura de la UNET, solicitaron una reunión con el Consejo Comunal María del Carmen Ramírez, para realizar un proyecto en concordancia con los vecinos. La reunión fue efectiva, rápida, se definieron los objetivos, los cuales se van a plasmar en un cronograma y, lo más importante, dejarán su huella en el sector, de manera compartida. Esto es parte de lo que se debe implementar. Las universidades deben vincularse a la ciudad, a través de proyectos con las diferentes comunidades, generando respuestas y soluciones útiles, prácticas, fáciles de implementar en alianzas, y que vayan engrosando el cuerpo de proyectos e información necesaria para mejorar, cada sector de nuestra San Cristóbal.
¡Otra marca de aprobación!
No quiero cerrar, sin invitar a todas aquellas personas, empresas e instituciones que pertenezcan al sector de Barrio Obrero, al taller de Formadores Ambientales, que dictará el CISP/UNET, el 21 de marzo…es gratuito, y ayudará a que se cumpla el objetivo no realizado hace 15 días. Para mayor información, y comentarios: [email protected]