Opinión

Cristóbal Mendoza

6 de febrero de 2018

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José Cristóbal Hurtado de Mendoza y Montilla nació en Trujillo, el 23 de junio de 1772. A temprana edad marcha a la capital para estudiar en la Universidad de Caracas, para cursar el bachillerato en Artes hasta 1791. Luego obtiene los grados de maestro y licenciado en 1793. En 1794 viaja a la isla de Santo Domingo, donde se gradúa de doctor en Derecho Civil y Canónico. Al regresar al país ejerce la abogacía en Mérida, en 1795. En el mismo año trabaja como docente en filosofía en el colegio seminario de San Buenaventura de Mérida. El 10 de julio de 1797, la Real Audiencia de Caracas le confiere el título de abogado. En esa ciudad contrae matrimonio con Juana Briceño Méndez Mendoza. En 1807 fue electo alcalde del cabildo de Barinas. Desde el principio del proceso emancipador tuvo admiración y participación activa en el mismo. En 1811 fue electo diputado al Congreso Constituyente de 1811 en representación de la provincia de Barinas.
Entre las atribuciones del novel parlamento nombra un triunvirato para dirigir el Poder Ejecutivo de entonces, una vez declarada la independencia de Venezuela, el 5 de julio de 1811. Es nombrado cabeza del triunvirato junto a Juan Escalona y Baltazar Padrón. En su calidad de máxima representación del Ejecutivo reciente, desempeñó el cargo por poco más de un año y tuvo el rol trascendental de firmar, en su calidad de presidente, el Acta de la Independencia. De esta forma, Cristóbal Mendoza es considerado el primer presidente de Venezuela en la incipiente era democrática.
Después de esta actuación descollante en el inicio de la historia republicana del país, Cristóbal Mendoza, al caer la Primera República en 1812, se refugió en la Nueva Granada. En ese territorio ocupó unas cuantas funciones. Una de ellas, fue consejero del presidente Camilo Torres. En 1813 se une a Simón Bolívar, quien había invadido a Venezuela a través de la Campaña Admirable. Es nombrado por el triunfante caraqueño gobernador político de Mérida. En esa ciudad de los caballeros estaba cuando Simón Bolívar entra triunfante el 12 de mayo de ese año. También es designado gobernador político de la provincia de Caracas. Con este cargo entra a la capital junto a Simón Bolívar victorioso el 6 de agosto de 1813. En el cabildo abierto celebrado en Caracas el 14 de octubre de 1813, propone solemnemente se le confiera por segunda vez el título de Libertador al futuro líder de América, Simón Bolívar.
En su dilatada vida de hombre público, Cristóbal Mendoza tuvo una vasta y brillante actuación. El balance de una vida austera, honrada, de comprobada probidad, sin mancha, condujo a Simón Bolívar a llamarlo: “modelo de virtud y bondad útil”. En el período de la Guerra a Muerte desempeñó diversas funciones, tales como: administración política, víveres, impuestos, pertrechos, vestuarios y otras faenas de la gestión pública.
De sus descendientes hubo dos nietos que emigraron a Cuba y participaron en la independencia de la isla antillana durante la guerra de los Diez años (1868-1878), llamados Cristóbal Mendoza Durán, quien trabajó en periodismo en Camagüey y combatió en las filas del ejército libertador de allá, y Carlos Manuel de Céspedes, donde desempeñó el cargo de Secretario del Exterior del primer gobierno de la República de Cuba revolucionaria. Los dos venezolanos fallecieron en los campos de batalla junto a otros compatriotas.
Tuvo un desempeño destacado durante su vida profesional y político. En 1819 y 1820, desde el exilio, envía artículos al Correo del Orinoco, relacionados con temas cívicos y de política internacional. En 1821, al regresar a Caracas es nombrado presidente de la Corte Suprema de Justicia. En 1826 inició la edición de la primera gran obra histórica para el estudio de Bolívar, titulada “Colección de documentos relativos a la vida pública del Libertador”. Durante ese año es nombrado Intendente del Departamento de Venezuela por el vicepresidente Francisco de Paula Santander. Enfrenta el movimiento separatista de Venezuela de la Gran Colombia, llamado La Cosiata, liderizado por el general José Antonio Páez. En la asamblea celebrada en Caracas se opone tenazmente a la disolución de la Gran Colombia. Al aumentar las intrigas en su contra por la valiente posición asumida y una gran enfermedad que empieza a padecer, renuncia a la vida pública. Una de esas intrigas fue la oposición del general llanero en 1828 a la designación de Cristóbal Mendoza como diputado por Mérida a la Convención de Ocaña realizada ese año.
Finalmente, luego de muchas diatribas en la vida política del esclarecido trujillano, fallece en una hacienda en las afueras de Caracas, el 8 de febrero de 1829, a la edad de 56 años.
Al cumplirse un aniversario más del fallecimiento de uno de los ilustres próceres de nuestra independencia, los venezolanos estamos en deuda con el legado dejado por el primer presidente constitucional de Venezuela, don Cristóbal Mendoza. (Alejo García S.) /
[email protected]

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