LA HISTORIA DE CADA DÍA
27 de abril de 2024
Néstor Melani
Es el iniciado significado del templo en el santuario de las montañas, donde existe la piedra grabada del arte rupestre más elevado de América como la única meditación más alta que los dibujos testigos en México, Copán y Nazca. Dicho por los investigadores y antropólogos, más en las fuentes de la heredad nuestra de los Andes. Donde allí a los pies se remonta «La Serpiente de la luna» según lo descrito en los cuadernos del interesante cronista Don Raúl Salcedo.
Entre el mito Humogría, de la sangre arawaka y el espacio inmenso de la montaña donde se conservan las huellas de los dioses eternos. ¡Allí está el Púlpito! como lo llamaron los adoctrinados por el cristianismo y borraron el nombre originario del inmenso trono donde la diosa Carikena habló con la luna. Y los nativos del Babu describieron como la gran serpiente desde las líneas de Mojotes hasta lo inmenso del cielo. Y del pico piramidal del «Espejo» la forma en las noches de un lomo de un inmenso dinosaurio. El dichoso «Púlpito» lo describe el hermano Nectario María en los patrimonios naturales de Venezuela y la ciencia de la geografía dice de 3.947 metros sobre el nivel del mar. En la línea de la cordillera que se sostiene hasta el pico Bolívar en Mérida con sus 4.878 metros para invocar los cientos y el eco sobre la Sierra de Colombia donde está el Tequendama, como un salto de 2. 477 metros en la sal de Colombia hasta el imponente Chimborazo en Riobamba, Ecuador, con sus 6.263 metros, hoy afirmaciones de ser el más alto del mundo por la escala de la línea ecuatorial.
Esto se convierte como un testimonio del Púlpito desde las expresiones del doctor Cazzabone y del mérito y búsquedas de Reina Durán, más del catalán Josep María Cruxent en las formas de las inmensas expresiones descritas en los picos que guarda hoy el «Parque Nacional Juan Pablo Peñaloza». Antiguo «Páramo del Batallón» De la ingeniería a la búsqueda de Anderson Jaimes en sus méritos y estudios. Bajo la mirada de los siglos en las ilustraciones de Antón Ghoerig y los descritos de Ferdirnan Bellerman, el botánico a la orden de Alexander Humboldt en 1845.
Así La Grita, ciudad del Espíritu Santo no ha comprendido este legado del patrimonio natural, de no saber de sus lenguajes en los libros escritos en las piedras. Ejemplo «La Estrella del río» guardada en la Casa de la Cultura Don Pepe Melani. Mientras es urgente una escuela que se afirme en los testimonios y la realidad del patrimonio, desde la geografía del estado, desde su lugar del glacial y la adoración en sus trescientas lagunas como testimonios del inmenso pico. Adoración de la sangre verdadera que dijo del Cuica y se unió al arawako del Delta buscando el despertar de la laguna del Coquivakoa donde por la eternidad de la tierra posee lo más inmenso del destello del Catatumbo, en el punto geométrico hacia el elevado Púlpito. Y con el secreto oculto de los viajeros más allá del infinito, dicho en los grabados del alma de las piedras. Los peregrinos de los páramos lo vieron e idealizaron en el tiempo; más adentro de los sentidos matemáticos de la altura al círculo, comparado con la estrella del sur. Una tarde de lecciones, logramos encontrar para percibir en los escritos del zuliano Rogelio Larramendi de describir como Rafael Pino Farías, el arquitecto del Colegio Seminario de Mons. Jáuregui y profesor de álgebra, enseñaba las escalas a las dimensiones del espacio y desde allí con un espejo, donde se describía la magnitud de los páramos. Midiendo desde el lugar donde permanecían, hasta el lugar del pie exacto del macizo. Esto en las alturas de las montañas se calcula con gravimetría. Tomando la gravedad en diferentes puntos, donde se puede decir a qué altura teórica estaría el hipotético nivel del mar, el geoide: esa es la superficie de referencia para calcular la altura de las cumbres. Han cruzado los años y nuestra ciudad bendita por su credo en un madero de las escuelas del Cuzco, donde el barroco se hizo testigo y afirmó la invasión colocando símbolos en los lugares de interés de los rebuscadores del «Dorado» de mercaderes y de caballeros con armaduras inspiradas en las lenguas muy antiguas y de traernos un mal latín entre cruces y espadas, quien de caminos amancillaron los testamentos de aquella cultura ancestral que guardó el misterio de las estrellas, entre Piedra Grande como portal a los santuarios y los ignorantes querían destruirla, pero la cubrieron de una terraza, aún sin saber las pertenencias de los dioses. Y de Babuquena con sus realidades que después hicieron saber; qué eran mitos; mientras a la montaña gigante le nombraron: «El Púlpito» para las reverencias y las humillaciones, sin comprender la adoración de los «indígenas» al Dios único del Cielo, viajero de las estrellas. Porque ahora en cada maestro, en la escuela como en el magisterio se deberá aprender el testamento geográfico del estado Táchira. En los códigos del Arqueómetro. Y así afirmar el libro de Fanny Zulay Rojas. Y entre las memorias poder entender el vuelo espiral de las golondrinas…
*Artista Nacional. *Cronista de La Grita. *Maestro Honorario. *Doctor en Arte. *Premio Internacional de Dibujo Joan Miró 1987. Barcelona, España. *Miembro Honorario de la Sociedad Bolivariana de New York. *Honrado con un Salón, en la Gobernación del Táchira 2022. *La Feria Internacional del Libro 2023 se realizó en su nombre, a su trabajo de artista y de escritor y dramaturgo.
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