Durante medio siglo, las iniciativas de integración en la región de América Latina fueron frecuentes y retoricas con bombos y platillos, luego por factores políticos perturbadores fueron letra muerta, algunas lograron avances resaltantes y luego perdieron vigencia o desaparecieron por la diatriba política ideológica. El sueño profético del libertador Simón Bolívar, era lograr la unión de los pueblos latinoamericanos en una gran nación para aprovechar sus ventajas y potencialidades en las negociaciones ante las apetencias de las grandes potencia norteamericanas y europeas Los cíclicos fracasos de los gobiernos en la región, la afrenta política a ultranza entre gobernantes, la fratricida lucha entre gobiernos contra el imperio norteamericano, crearon una división de la región y dieron al traste con la necesidad de integración regional acentuando el subdesarrollo. El objetivo de toda integración, se orienta en complementar fortalezas de las naciones para minimizar vulnerabilidades y obtener mayor poder para negociaciones ante terceros países.
En la integración, el grupo de países del proceso integrador desarrollan sus potencialidades y mediante la liberación de aranceles intercambian productos, logran la complementación económica y tecnológica para alcanzar la competitividad en el equilibrio geopolítico tanto regional y mundial. En la región latinoamericana, empezando por la Comunidad Andina de Naciones (Can), la más completa y antigua siguiendo el modelo de la Comunidad Europea y nacida con el Acuerdo de Cartagena en 1969, fracaso con el surgimiento del Socialismo del Siglo XXI en Caracas. La Comunidad Andina, logro significativos avances hasta llegar a libre comercio con un intercambio intrarregional de productos por el orden de los siete mil millones de dólares y alto volumen de exportaciones a Norteamérica y Europa. La salida de Venezuela uno de los países promotores del acuerdo, represento el fin de uno de los modelos más completos y con mayores perspectivas.
Latinoamérica, es una región geopolíticamente bañada por los dos más grandes océanos del universo, ubicada en la parte central del continente americano facilitando la comunicación con el mundo, el mismo idioma, costumbres y enormes potencialidades en recursos estratégicos. Los líderes políticos generacionales por apetencias políticas y protagonismos personales, fueron los responsables de la desaparición de la mayoría de los organismos multilaterales de los acuerdos, contribuyendo a la imposibilidad del cumplimiento del gran el sueño de Bolívar. La diatriba política y los antagonismos personales entre mandatarios, el dogmatismo, la desconfianza y los problemas de la es democracia como sistema, hacen que el ambiente de integración sea una quimera. El comercio interregional no supera el 15% y la complementación economía de un mercado de más de 400 millones de habitantes, es incipiente ampliando los niveles de pobreza.
Un factor determinante que afecto en forma importante a la integración latinoamericana, fue falta de apoyo de las naciones poderosas de Norteamérica, Estados Unidos y Canadá para el desarrollo de las naciones de la región considerándolas como patios traseros suplidoras de materias primas. Esta premisa, es vital para la integración entre naciones con grandes asimetrías económicas y sociales en el continente americano y lograda en la Comunidad Europea, los países poderosos apoyaron a las naciones más débiles para alcanzar los niveles de desarrollo que los llevaron igualar la competitividad económica del grupo de naciones. Las 28 naciones de ese ejemplo de integración económica, actualmente son economías avanzadas y con una infraestructura funcional política común, moneda única y una envidiable calidad de vida de los pueblos. (Oscar Roviro Villamizar) /
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