Alejo García
El origen del Día Internacional de la Felicidad se remonta a 1970 cuando en el pequeño país Bután, en Asia, el Rey promueve desde entonces la importancia de la felicidad en las personas, como uno de los valores vitales para lograr un desarrollo sostenible. En su empeño para mejorar el sistema de vida de las personas, propuso a la ONU celebrar un día para la felicidad. Entre sus anhelos sostenía que la filosofía de su gobierno se basara en la felicidad de sus súbditos. Para corroborar esa aspiración inventó y creó el concepto de Felicidad Nacional Bruta (FNB), en lugar del Producto Interno Bruto (PIB), utilizado en los países para medir su crecimiento económico, sin descartar esta apreciación en el desarrollo de una nación.
Al considerar que el bienestar social, económico y medioambiental es la base de sustentación para lograrlo, se argumenta que la felicidad integral está formada por ese conjunto de factores. La acepción de felicidad es un estado de ánimo positivo que siente una persona para obtener lo que desea. Es decir, al percibirse satisfecha por haberla logrado, algunos personajes sostienen que cubiertas las necesidades fisiológicas del individuo, tratan de escalar peldaños para colmar otras como: la seguridad, la afiliación, el reconocimiento y la autorrealización, las cuales se traducen en los pilares fundamentales del Desarrollo Sostenible, como vía expedita que conduce a la felicidad.
La celebración de tan simbólica fecha radica en la importancia de ella como parte integral en el desarrollo y bienestar de los seres humanos. Es además un día para festejar la inclusión y exigir a los gobiernos del mundo la tengan en cuenta como integrante esencial de las políticas sociales y económicas para que exista una auténtica equidad y euforia colectiva, todo lo cual con el tiempo provee la tan ansiada felicidad de la raza humana.
Para consolidar tan importante esfuerzo del bienestar colectivo, la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), el 28 de junio de 2012 mediante la Resolución 66/281, proclamó el 20 de marzo como el Día Internacional de la Felicidad. Tal pronunciamiento fue para reconocer la relevancia de la felicidad y el bienestar como aspiraciones universales de los seres humanos y la importancia de su inclusión en las políticas y medidas que diseñen los respectivos gobiernos. Para alcanzar buenas metas en ese propósito, las Naciones Unidas exhortan a todos los Estados miembros, las organizaciones del sistema de la ONU, las demás Instituciones Internacionales y Regionales, a la sociedad civil, a las organizaciones no gubernamentales y los particulares a observar y practicar de manera adecuada el Día Internacional de la Felicidad de manera sana con la utilización de actividades educativas y de estímulo para la mejor conciencia.
Una forma de apreciar y sentir la felicidad es no preocuparse en exceso y apreciar las pequeñas y comunes cosas que nos depara la vida, observar la sonrisa de un niño, compartir un día en agradable compañía, recibir buenas noticias y demás cosas amenas a nuestro alrededor y cotidianidad. Lo anterior contrarresta la vorágine de estrés en que viven un sin número de personas, lo cual las aísla de una auténtica y oportuna felicidad. En determinados casos la misma está sobrevalorada y por tanto en determinadas personas es más importante tener y disfrutar posesiones materiales y por ende pierden una de las mejores formas de la vida, la felicidad. Entre los objetivos considerados por la ONU para tener felicidad contempla entre los más importantes los siguientes: erradicar la pobreza, reducir al mínimo la desigualdad en el mundo, cuidar y proteger a nuestro planeta. Aunado a determinados días celebrados por el hombre estimado y emblemático como: la lucha contra las enfermedades, logros o descubrimientos científicos, derechos humanos, mejores condiciones de vida, entre otros, no había un día especial para festejar un hecho tan importante como el derecho a la felicidad. Por tal motivo, la humanidad ve con beneplácito, júbilo y alegría la celebración el 20 de marzo el Día Internacional de la Felicidad, lo que permite a las diferentes organizaciones sociales del hemisferio, bregar por obtener excelentes resultados de los derechos humanos al hacer posible crear conciencia entre la población para conseguir ese beneficio social.
Por último el esmero del organismo mundial consiste, en un enfoque y toque de atención a la diversidad de líderes mundiales con la finalidad de que la sociedad actual luche y consiga un mejor nivel de vida, para así asegurar que la igualdad, el bienestar y la felicidad no sean posible en un solo día, sino que se conviertan en una realidad para toda la vida. Al conmemorar esta efeméride social de un valor y necesidad esenciales para que avancemos cada día por un mundo pleno de felicidad y además que sea el legado que se les deje a las futuras generaciones. “Hay una sola forma de felicidad en la vida: amar y ser amado”. Felicidades a granel en estos tiempos difíciles.