Alejandro Bautista González*
Hablar sobre economía de mercado es tratar sobre un tema de actualidad que despierta controversias entre sus intérpretes, constituyendo uno de los aspectos más importantes del debate político económico moderno.
La economía de mercado es un sistema económico en donde las decisiones fundamentales de qué, cómo y para quién producir se resuelven a través del mercado o libre competencia. Mediante este sistema, elegido por la mayoría de los países del mundo, la fijación de precios es forjada por las leyes de la oferta y la demanda, es decir, entre oferentes y demandantes, sin intervención gubernamental. Solo ante la presunción y comprobación de hechos especulativos en los precios, es justificable su intervención en defensa del consumidor.
A través de la información que proporciona el sistema de precios, los agentes económicos van ajustando su oferta y demanda y tomando decisiones de producción, consumo, ahorro e inversión para optimizar aquellos recursos más escasos.
La intervención caprichosa o autoritaria de los gobernantes en el libre mercado, es negativa desde todo punto de vista: obligar a vender por debajo del costo equivale a condenar al fracaso del vendedor comerciante o al cierre de su negocio, porque nadie invierte para perder; originándose así escasez y desempleo.
No obstante las inconveniencias arriba señaladas, debe tenerse presente que el hecho de la no intervención del Estado provoca ventajas y desventajas en la economía de mercado. Así tenemos:
VENTAJAS
- Eficiencia en su funcionamiento. Un país es eficiente cuando aprovecha al máximo sus recursos. El mercado fomenta la competencia entre las empresas, que deben luchar para producir de la mejor manera y así vender más. Esto hace que la producción del país sea mayor y se satisfagan más necesidades
- Existencia incentivos. Tanto empresas como trabajadores tienen incentivos para hacer las cosas mejor. Las empresas, ante la gran competencia, querrán mejorar sus productos y lucharán por reducir sus costes para obtener beneficios. Los trabajadores intentarán producir más y mejor, para así poder recibir mayores rentas y comprar más bienes.
- Libertad económica. Tanto las empresas como las familias pueden elegir libremente qué producir o consumir, según sus preferencias.
DESVENTAJAS
- La distribución de la renta entre los individuos no es equitativa. La renta se reparte en función de la cantidad de factores de producción que una persona posea y del precio de los mismos, lo que provoca desigualdad. Así, quienes no sean habilidosos en aquellas actividades que generan más beneficios, están en desventaja frente al resto de individuos.
- Las economías de mercado tienden a ser inestables y provocan crisis.
- Escasez de bienes no rentables. Las empresas producen según el principio del beneficio. Hay algunos bienes que no son rentables para las empresas y no los producen.
- Abusos de ciertas empresas. Algunas empresas desequilibran el mercado cuando son muy poderosas. Esto sucede cuanto tienen el poder suficiente para fijar el precio o las condiciones de venta.
- Deterioro del medio ambiente. Como resultado de la producción de bienes y servicios hay ciertos efectos como la contaminación y el agotamiento de los recursos naturales. Si el Estado nunca interviene, las empresas podrían contaminar el medio ambiente sin restricciones, lo que acabaría perjudicando a todos los ciudadanos.
Por lo tanto, el egoísmo que defiende Adam Smith no es tan bueno como él aseguraba, pues provoca desigualdades, inestabilidad, abusos, contaminación y bienes que desea la sociedad pero que se dejan de producir.
*Doctor en Cooperación Internacional. Integración y Descentralización: Los Desafíos del Desarrollo Internacional