Néstor Melani-Orozco*
Entre los recuerdos me fui caminado por las columnas de Bernini y desde la cúpula de San Pedro del Vaticano donde Miguel Ángel apostó los siglos de la arquitectura, más de caminar por los jardines para divisar las ventanas del Pio Latino, bien descrito por el académico Alberto Moreno narrando una noche en La Grita desde los espacios pasados de la Segunda Guerra Mundial y la virtud de ser seminarista. Y desde allí sentarme a meditar ante el esferal dorado de Arnaldo Pomodoro para escuchar a través de la gran escultura el sonido de la tierra. Fue de los bronces apareciendo un día en la huella del madero del Gólgota donde invocó la humildad Jesús de Nazaret entre las semillas de los pueblos y el camino hasta la capilla Sixtina del arquitecto Bramante donde Dios permanece en los frescos; modelando al hombre y Vitoria Colomna la poetisa está allí pintada en los brazos del Todopoderoso como la imagen de Eva. Más adentro de Zacarias el profeta en su Padre Nuestro y la cruz infinita y gigante con el redentor en el juicio final. Porque desde cada forma subliminal aparece como una plegaria el amor de Dante Alighieri a la jovencita florentina Beatriz muy descubierto por nuestro médico tachirense y embajador: Joaquín Díaz González en aquellos actos de 1945.
Hablaron los siglos y la aurora de la tumba de Julio II se convirtió en un misterio de cada energía, para la ceremonia de la santidad muy en las espirales de Salomón demostraban los milenarios testamentos de la oración perpetua, y entre millones de rostros y la escalera de Jerusalén donde Pilatos sentenció la inocencia hacia sentir los pasos más de Santa Helena ante su hijo, el emperador Constantino. Entonces el Papá llevó el báculo con el Cristo de Salvador Dalí, joya de la orfebrería, obra del maestro de Figueras y muestra de los secretos de las órdenes secretas que concede el pontificado donde están las claves mayores del renacer del mundo. Hablaron las venas y muy desde el Oriente, ahora las guerras se han convertido en dolor, en reclamos y tristezas del planeta del agua para que vuelve a sus promesas para no dejar agonizar con las lágrimas de la humanidad.
Mientras el Santo Oficio lleva el Crucifijo retorcido del dolor de los hijos del cielo en el bastón de la orden Papal. Volví a caminar en los jardines de «San Pietro» y una rosa era embriagada por el ritual de las abejas mientras una multitud de negros venidos del África iban cantando con un misionero de América. Lloró la meditación y el invierno cubrió a la ciudad de las ideas filosóficas de Benedetto Croce donde aún los ocres milenarios gritaban los reclamos del mundo. Más de amor el Cristo de los papas se envolvió de los siglos. Y entre la geografía de las capillas me pareció entender como de la piedra, Moisés iba a despertar para invocar a los mensajeros y el báculo con el Cristo de su Santidad destelló en un aura de luz eterna ¡Fue volver a los recuerdos!
*Artista Nacional. *Cronista de La Grita. *Maestro Honorario de la Sociedad Bolivariana de New York. *Premio Internacional de Dibujo Joan Miró 1986. Barcelona. España. *Maestro Honorario. *Doctor en Arte.