Néstor Melani-Orozco
Con un viejo maletín de cuero, avanzado de los tiempos y testigo secreto de las cartas que venían al correo de la ciudad más hermosa del Táchira. Mientras un aviso muy viejo, pintado con un sapolin muy verde anunciaba de estantes: «Correos de Venezuela». Porqué no decirlo en las ventanas y puertas donde de amor había una esperanza. Adiós, vimos por las calles de La Grita a Esteban Márquez; el cartero. Oloroso a habanos, y de caqui con su sombrero de color siena y sus correspondencias entre postales y libros en sobres como de la pertenencia, un día de las estrellas. Hablando soledades los recuerdos eternos de un pueblo de cruces, cal y avemarías. Desde las celosías de las casonas y alguna flor marchita convertida en promesas de una alcoba vestida con los llantos de una mujer, como del alba los amaneceres en los campanarios. Un día Esteban se convirtió en una leyenda.
Demostró la fidelidad del buen ciudadano y la mística de trabajador de los correos. Se sabía la pureza del libro Mantilla y las oraciones del padre Vivas, con los retablos del General de Michelena y las lágrimas de la maestra María Noguera. Desde cada esquina y el lugar de la eterna ciudad de La Grita. Donde su caminar en los sueños y del oficio de los correos, viajando por las casas revestidas de recuerdos. Encantos en el Alma y las pertenencias de un corazón inmenso. Los calendarios se transformaron en memorias y el maletín del correo nacional lo guardó uno de los sobrinos, quién dentro de aquella reliquia había una correspondencia olvidada, con una semilla de un fresno, venido del Nepal para poeta del pueblo: Héctor Gonzalo Paredes. Nunca se supo de aquella esencia, pero sí con los años creció en la antigua casa del segundo hospital un árbol gigante. Y el cartero se fue, continuando los sueños que vinieron cada día; en las cartas.
Ahora, allí parece que se borraron las memorias; ni del maletín, ni de las voces del sabio viajero con las cartas, no quedaron los sentidos de los corazones marchitos, solo entendimos como la luna cerró sus ojos para ocultarse en las nieblas de los páramos. Y de meditaciones; el Cartero de los Correos se fue muy lejos. Se vieron transparentes mariposas a través de las farolas de la plaza del convento. ¡Solo la luna cerró sus ojos!
*Artista Nacional. *Premio Internacional de Dibujo Joan Miró 1987. Barcelona. España. *Maestro Honorario. *Cronista de La Grita. *Premio Nacional del Libro 2021. *Honrado con un Salón en su honor, en la Gobernación del Táchira 2022. *La Feria Internacional del Libro 2023 fue en su nombre a la labor de escritor y dramaturgo.