Néstor Melani Orozco *
Abrí los portales y de sorpresa me encontré con las voces catalanas reclamando.
Barcelona es una de las ciudades de la vanguardia de las artes de Europa. Tan inmensa como Múnich, Berlín, París, Roma, Londres, New York.
Allí habita muy anciano Joseph Guinovart, el maestro de la Llotja. Arquitecto restaurador. El escultor y el pintor. El sabio idealista de enfrentar el reto de finalizar la catedral de Gaudi, entre el cielo y el mar mediterráneo, donde hasta Dios resistió los sueños para convertir en un final la inmensa catedral de ‘La Sagrada Familia’ en el monumento de la novena maravilla del mundo.
Y lo más interesante de esta noticia fue cómo a un arquitecto y a los que ordenaron borrar un mural de Guinovart les sentenciaron a 10 años de cárcel por herir las fuentes de la cultura catalana.
Más del valor patrimonial y de los hechos grandes e inmensos de nuestro maestro Joseph Guinovart…
¡Es para reflexionar!
Y decirlo en voz alta.
¿Qué pasaría con tantas obras de nuestros artistas en este país Venezuela?
Donde tantos inconscientes han destruido obras de maestros y las han cambiado por adefesios sin ningún valor. Desde robos de la memoria de las artes y violaciones.
De aquel mural de G. Bracho en los Puertos de Altagracia, en el Zulia, donde un alcalde mandó a demoler sin saber ni entender que el artista venía de la generación de muralistas de la Revolución Mexicana.
No se diga —Amigos—, cómo hace más de treinta y ocho años del Palacio De Miraflores sacaron la alegoría de Bracho sobre Boyacá, y si el maestro emprende una protesta, el mural lo desaparecen.
Y la obra de Leonel Durán, en la dichosa avenida Carabobo de San Cristóbal, fue borrada para colocar anuncios de los evangelios. Y sin parar la vieja directora, por sugerencias de un tal Omar, sin apellido, porque está quizás en el purgatorio, este quien diciendo que había que borrar a Bolívar. Mi Libertador hecho poesía de la Dirección de Cultura del Táchira, y se guardaron las victorias dentro de los vientres sin alma…
Cuántos valores agonizando y los gestores de la cultura cerrando los ojos, sin saber ni entender la fuerza de las artes.
Con cuánta voluntad, Fanny Zulay Rojas, nuestra humana antropóloga, dijo sobre estos valores. Desde las casas patrimoniales, hasta obras de grandes creadores. ¿Intentando hacer grandes reclamaciones?
Desde el ensueño del libro de las memorias, o de los becerros, hasta las piedras de las esculturas, desde la pertenencia del muralismo, hasta concebir de amor toda la manifestación que es historia viva en cada artista…
Es tanto, hace unos años revisamos cómo en Pompeya, Italia, se hacían búsquedas y reconocimientos a las pérdidas de obras de arte. Sus mosaicos y sus mensajes elocuentes de hace tres mil años… y desde cada milímetro son valores y son restaurados con la fidelidad que debe concederse a la ilustración.
Como de los valores incas. O del Maya. De las testimoniales memorias rupestres de nuestro país entre la pureza del origen…
Es tanto, en el mural de La Guacara de la dichosa segunda capital del Táchira, San Cristóbal, se deberá defender el testimonio de la obra de Eduardo Carrero. Más aún sin saber que allí, muy antes, existió un diseño constructivo de Leonel Durán entre un escudo de San Sebastián y el olvido.
El imponente mural de Rafael Sánchez del viejo cuartel de prisiones, en la prolongación de la Quinta Avenida, hoy sede de “Cinta”. En su defensa como ejemplo del manifiesto de la gran cultura…
Y de lo más triste y vulgar, los murales alegóricos y oníricos del Círculo Militar de nuestra segunda capital del estado, obras inmensas de Raúl Sánchez. Gracias para todas las meditaciones, donde un torpe director de aquel círculo social mandó a borrar sin entender las eternidades de un gran artista… sin saber el valor majestuoso de las artes.
Imaginemos cómo sufrirán los artistas cuando les destruyen sus obras y de las políticas culturales, donde se deberá hacer grandes ajustes a las verdades dignas de la cultura. Y de los administradores del hecho conformado desde un Instituto de Patrimonio, hasta el credo del fervor por las artes…
Hoy esto lo escribo a través de la sorpresa sin moral del profesor Guinovart.
A quien conocimos en aquella escuela catalana de grandes mundos y los crueles enemigos de los verdaderos saberes destruyen su obra…
Es hora en nosotros hacer reflexiones. Medir las verdades y entender el inmenso valor que deja en los caminos las manifestaciones artísticas verdaderas.
Como por Dios de las Alturas. ¿Cómo sufriría Pepe Melani el día que el cura Eloy le mandó a borrar su pintura de la cúpula de la Basílica del Espíritu Santo de La Grita? ¿Cómo sufriría dentro de su verdad? Obra de un sentido del clasicismo, que hasta hizo venir a La Grita al inmenso Tito Salas para conocer al pintor…
Y los ojos de un pueblo ignorante se guardaban en silencios. Lo mismo de la capilla del Seminario Eudista Francés entre la adoración de una lágrima. Donde vivía la solemnidad de las escuelas italianas. Y demolieron todo, hasta la capilla para hacer una urbanización, sin entender la magnitud de aquel lugar del neogótico.
Entonces de testimonios algún día, en las mejores conciencias aparecerá el reclamo a los valores artísticos de ciudades y pueblos. Y la aldea cultural que es el mundo, dirá los hechos y hará defensa a los mentores consagrados de las simientes de cada una de las ilustraciones…
Porque más que una noche de luna y una rosa de amor, allá en mi pueblo viejo, “el Beethoven está aún llorando en el fondo del teatrino de la escuela de música”.
Y desde las ventanas el tiempo vendrá después a sentir y a lamentar los símbolos todos de la gran cultura…
Aún veo a Guinovart colocando las barcas y los timones en el muro gigantesco de la bahía de Barcelona, mientras los mástiles se elevan para izar banderas rojas y rayas amarillas con el nombre del único país catalán que en 500 años ha esperado su independencia…
¡Para que viva la verdad…!
Y hable por fin un día la dignidad.
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Artista Plástico.
Cronista de La Grita.
Premio Internacional de Dibujo “ Joan Miro”1987-Barcelona. España.
Maestro Honorario.
Doctor en Arte.
Premio Nacional del Libro-2O21. –