Néstor Melani-Orozco
Pintó desde las oratorias escritas en los libros. Y lloró viendo cruzar el aura detrás de los espejos de su barbería. Con la invocación del alma y el azul viejo de las telas del sastre, entre el baúl de monedas doradas y los zapatos rojos de la única mujer en sus recuerdos. Una tarde de árboles que pintaban las lejanías del sur del lago de Coquivacoa o sea el de Maracaibo a lo lejos; llegamos hasta San Simón, casi en las fronteras del río Escalante donde habitan los linderos del estado Mérida. Era aquel diciembre de 1993. íbamos, Macario Sandoval, el chofer: Gilberto Labrador, Carmen Victoria García Carmencita Melani y mi persona al pueblo blanco y de calles grises de piedra, donde una verde estatua del General Páez era como una otra veneración.
Mientras los aleros del tiempo dejaban conquistar los cerros entre grises lejanos de la lluvia y puntos exactos del violeta. Íbamos con el interés de admirar las obras del pintor que inspiró “Las Gordas” de Fernando Botero. Allí en su casa como una ceremonia estaba Eliserio Arellano, más adentro del pintor naif y más dueño de su propia vida, con el remedio de sus imaginarios y lo creyente de la mística armonía de saber decir a través de su pureza de artista la manifestación de un pueblo. Había olor a sapolin, a esmaltes y unos pigmentos guardados en vasijas demostraban la ilustración del notable soñador, hacedor de la grandes, porque en sus figuras hechas colores se podía parecer a los primitivos pintores de aquellos actos del Renacimiento italiano, como si de yesos el sastre de San Simón hubiese hablado con los únicos retablos del Duomo de Milán o poder describir a algún fraile muy antiguo debajo de una torre donde habitaron los poetas. De decirlo desde «El Enano de Vallecas» de Velázquez. Más de sus figuras en santidades convirtiéndose en gordas y en gigantes lienzos. Eliserio Arellano habló detrás de su tienda donde era peluquero, sacamuelas, pulpero y sobre todas las cosas, el pintor de mil silencios. La campana de la iglesia del arcángel concedió el Ángelus y el Santo Niño de Atocha vibró en una de las telas; como mostrando los hechos de una, y única escuela de las meditaciones en las Bellas Artes…».
Lo aprendí en el pintar desde aquella mañana en La Grita, de haber visto a Pepe Melani haciendo de la cúpula del arquitecto Pino Farías la inmensidad de la Trinidad y desde aquel instante se convirtió en mi vida de aprender a pintar»… ¡Dijo con gran devoción! Era ver a Eliserio el mejor pintor de la otra modernidad. A quien los expertos desconocían. Me acerqué al lienzo de Miguel de los arcángeles y su fecha guardaba 1937. Otros 1945. 1956. Entonces las figuras gordas del maestro de San Simón del estado Táchira eran las palabras mayores de un artista primero que los testimonios del colombiano Fernando Botero. Sonrió el creador, porqué en sus maravillosos oleos, esmaltes y tierras estaba el pensamiento armónico de su estado de creaciones. Estadio mayor puro de las emociones. Habló de haber nacido en aquella Grita de las lecciones de Fidel Orozco y del maestro rural José Dolores Pernía. De sus viajes de la casa del páramo «La Negra» y de los breviarios en la necesidad de pintar. Mi niña Carmencita Melani tenía ocho años, y viéndose en ese lugar de Don Eliserio, se enamoró de unas zapatillas rojas de los años cuarenta y cinco de su tienda. Le pregunté al maestro por el valor de las zapatillas. Tomándolas en sus manos, el viejo se las regaló a mi hija. Macario le llevaba un libro de Historia del Arte. Volvimos de retorno y el paisaje se conjugó en los matices como si la noche pareciera pintada por René Magritte, mientras en el silente espacio del pintor de San Simón se guardaron los secretos de haber podido estar en los museos más valiosos de América. Tiempo después pedí a los gestores culturales de hacer una gran exposición con las obras del maestro: sólo una lágrima destelló por dentro. Mientras la orandes de Botero costando los méritos y Eliserio durmiendo la otra de las eternidades. ______________
*Artista Nacional. *Cronista de La Grita. *Maestro Honorario. *Doctor en Arte. *Premio Internacional de Dibujo Joan Miró 1986. Barcelona. España. *Miembro Honorario de la Sociedad Bolivariana de New York. *Premio Nacional del Libro 2019. *Honrado con un Salón en su honor en la Gobernación del Táchira. 2022. *La Feria Internacional del 2023 se realizó en su nombre. *Por decreto del Gobernador del Táchira se erigió la Estampilla Fiscal con sus obras bolivarianas. 2024.