Néstor Melani Orozco
Y vinieron los ciclistas. Como un cantar de gallos. Entre rosas blancas y banderas de mil colores
Estaba naciendo la Vuelta al Táchira en Bicicleta. El profesor Lucidio Martínez creaba el giro tachirense y la convocatoria llegó hasta México. Colombia. España. Rusia. Cuba. Argentina.
Era 1966 de aquel enero preámbulo a la Feria Internacional de San Sebastián. Cuando de la montaña, la llanura y los pueblos, los ruteros cruzaban aldeas y ciudades, y las multitudes reclamaban todas las emociones.
Entonces, Alberto Piedrahíta Pacheco, locutor colombiano, iniciaba en ese momento una escuela de narración del ciclismo, es como describía la grandeza a través de “Ecos del Torbes”, cuando se escuchaba desde New York, hasta Chile. Y Julio Arrastria Brica, el argentino comentarista, más poético, de cada brillante emoción, hacía de la palabra lo elocuente en los paisajes, lugares e imágenes del alma.
Periodistas deportivos, corresponsales, hicieron en todo cada recuerdo.
¡Como una carta de amor en un verdadero cielo!
Y Martín Emilio “Cochise” Rodríguez se envolvía de campeón, desde la cima andina desde Pregonero, hasta Tovar y La Grita de flores hermosas. De La Fría del viejo ferrocarril, Colón de Palmeras, Rubio de los puentes. Capacho de alfareros, San Antonio, la Villa Heroica, y al final San Cristóbal, la segunda capital del estado, con su cordialidad de ciudad señora de los Andes. Para ver a un Álvaro Pachón, Nicolás Reitler, un Fernando Fontes o un Gabino Rosales.
Y entre sonidos de sirenas y cornetas, Carlos Alviárez Sarmiento dibujaba los momentos de esta impresionante manifestación deportiva de América. Luis Alfonso Ramírez creaba la noticia y países del mundo desafiaban la ruta hermosa de Venezuela. El esfuerzo sincero de la voz de Marco Antonio del Toro, de Carlos Patiño Pérez, entre muchos personeros de tan majestuoso acontecimiento…
Se convierte la Vuelta al Táchira en una competencia como el Giro mundial de Italia o el Tour de Francia.
Por esto y por todo. 10 años después se celebró en 1977 el Mundial de Ciclismo en San Cristóbal. Donde vino el gigante del mundo, Eddy Merx.
55 años del deporte en el estado Táchira, que de laureles ha permitido a campeones como el ruso Viachelatc Ekimoc. De un Luis Barroso, hasta José Rujano.
Sin olvidarnos del gritense, nuestro Andrés Mora.
A raíz de esta creación pedalística, allá en La Grita, Miguel Correa creó un club de ciclismo, y entre sus ruteros vivieron un testimonio de valor. Entre muchos… ellos. Ramón Vivas «El Andarín», quien siempre anheló ir a la Vuelta Gigante de América.
Para recordar a José David Monsalve Colmenares. El coronel del ciclismo. En los silencios de su pasión…y tantos valederos que dieron los esfuerzos para consolidar el monumento majestuoso de un sueño…
Hoy los recuerdos, sus testimonios, cubren de amor una nueva esperanza de la patria…
Para que en los ejemplos siempre una semilla sea el testimonio de las más sagradas verdades.
A los realizadores, clubes. Amigos. Fanáticos. Por un pueblo testigo de cada compromiso…
Porque un día de grandes sentimientos donde nació la historia del evento del ciclismo mundial…en la gloria que concede una bicicleta…
Bienvenida la Vuelta de todos los tachirenses…
Gloria de una bandera amarilla, negra y roja, raíz comunera y tiempo de caminos en las escalas armoniosas de su himno con la eternidad de «Soy de los Andes» de Eloy Galaviz, y con este azul que permite de santuario el páramo El Tamá, donde siempre estará presente la consagración de una meta. De ser hijos del Táchira; verdaderos vexilarios de la libertad.
Y en la niebla encantadora mil ciclistas cruzarán elevando los laureles de la nación consagrada a ser un día el ejemplo deportivo del continente.
Para que viva la Vuelta…
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(*) Cronista de La Grita.
Artista Plástico.
Premio Internacional de Dibujo “Joan Miro”-1987. Barcelona. España.
Maestro Honorario.
Doctor en Arte.
Néstor Melani-Orozco (*)