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28 de mayo de 2025
Néstor Melani Orozco *
Estas cosas que se hablan desde el alma. Aún llevo los recuerdos del más cierto vendedor de libros de aquella ciudad dueña de la herencia de las tres Meridas: era Julio Villamizar, el eterno librero, dueño de los testamentos filosóficos y de la poderosa misión de enseñar y narrar la vida de un pueblo; quien muy de meditaciones inmensas se conocía la otra esencia histórica de los Andes y como un relicario: desde «Las Cinco Águilas Blancas», de quien el alemán Fedirnand Bellerman, el botánico de Humboldt, describió a su mujer en Berlín y Don Tulio Febres Cordero convirtió en un mito inmenso y sagrado.
Así una noche merideña conocimos a Julio Villamizar más adentro de narrarnos la inmensa amistad con César Rengifo en aquellos tiempos de ser, el muralista, director de Cultura de la Universidad de Los Andes. De contar anécdotas de Pedro Rincón Gutiérrez e irse en los temples de los miles de libros como viajeros sentimientos de las tintas consagradas a un verso. Anotando las dimensiones de las eras y sabiendo de los viajeros peregrinos remontando a Timotes para elevar la bandera más grande de una nación. Una tarde de letras, Lubio Cardozo me describió al historiador y vendedor de libros, desde la plaza de las heroínas hasta de ser amigo de Manuel Mujica Millán, el arquitecto neorepublicano de la Ciudad de los Caballeros. Fue Don Julio Villamizar, el fundador de la «Sociedad Hacienda El Pilar» de Ejido, quien me invitó a exponer mis obras de “Bolívar Pueblo» y me permitió volver a la bella ciudad Emérita. Mucho tiempo después de las voluntades de la Dra. Victoria Vicuna en las salas del Colegio de Médicos.
…De hablarme de las propuestas del arte y de distinguir como Manuel de la Fuente se robaba las originalidades de Marcos León Mariño en el monumento de «Glorias Patrias». De ofenderle una publicación a Ana Anka, la poetisa peruana, y de convidarme a realizar la Galería Bolivariana para la casa de gobierno de Ejido… El columnista del «Diario Frontera» y el crítico cultural del «Panorama» de Maracaibo. Por fin el ilustrado Cronista entre lecturas en la «Biblioteca Bolivariana» para describir como Miguel Peña, al hombro y en mulas llevó el busto del libertador a lo más alto del Pico Bolívar. Y el escultor dejando una oración perpetua en las corvas de las montañas para decirlo en cada verdad de ser merideños: «Libertador, la cumbre más alta de los Andes, es pequeño pedestal para tu Gloria»… lo afirmó… De ser defensor del Archivo y de caminar pueblos y ciudades recaudando las memorias.
El de los versos del Alma y el de las leyendas de las montañas. Pregonero eterno de los libertadores y sabio orador de la historia de los páramos, donde los dioses se vistieron de leyendas… Un día vino a La Grita, me trajo «Las Memorias de Bolívar» de O’Leary y consigo una tabla pintada de Iván Belsky. Me emocionó de acompañarme cuando pinté el Gran Mural del techo del Salón del Palacio de la Gobernación de Mérida. Allí muy desde Francisco del Castillo y del notable Ebnodio Quintero, como de las voces eternas que son el testimonio de tan augusto escritor merideño. Los Años se fueron entre sus libros, fui muchas veces a «La Parroquia» a visitarlo. Quería le ilustrara su último libro: «Él de Montalván de Ejido Viejo», su hija lloró los sueños y desde las estampas recordó a su condiscípulo Ali Rodríguez Araque. Al arzobispo Baltazar y al connotado Mario Briceño Perozo. De Amable Fernández, Mario Rosales, Luis Molina, Hilda Duque. Nos dejó grandes recuerdos en su lealtad del mejor amigo.
La Gobernación de Mérida deberá crear una insignia condecoración con su nombre para enaltecer los valores de Venezuela en la Mérida de Don Julio Villamizar… ¡Por la fe de las eternidades!
*Artista Nacional. *Maestro Honorario. *Doctor en Arte. *Muralista Bolivariano. *Cronista de La Grita.
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