Francisco Arias Cárdenas
El próximo domingo 8 de agosto, tendremos la elección abierta para seleccionar los candidatos y candidatas que van a ir, como abanderados del PSUV a la contienda del 21 de noviembre para elegir gobernadores, alcaldes, legisladores regionales y concejos municipales
Un ejercicio complejo, pero necesario para relanzar el liderazgo, la militancia toda del partido hacia el renacimiento, hacia la renovación de liderazgos emergentes y necesarios para la organización. Una lucha interna que debe concluir con la nobleza para aceptar resultados y seguir en conjunto el camino de la construcción tan conveniente para este momento de nuestro país.
La batalla a veces nos resulta desalentadora, para algunos, la ventaja de quién desde el poder ejerce el control de la maquinaria, especialmente en momentos de grave dificultad económica de nuestro pueblo común, que acentúa notablemente la situación de bloqueo y sus consecuencias, se convierte en un duro obstáculo para el ejercicio pleno del voto libre, consciente, que mandan nuestros reglamentos internos.
Sin embargo, la contienda se hace aún más interesante, obliga para el ejercicio de iniciativas y mensajes que lleguen al corazón de nuestra militancia, de nuestro pueblo. Apelar a la dignidad, a la defensa del secreto del voto, a su ejercicio consciente. Es una batalla por la virtud y la razón de los y las revolucionarios la que se da en los espacios internos del partido de Chávez.
La luz, la consciencia clara de servicio, de libertad, el respeto y la autoestima, sin duda que deben debatirse y vencer, contra los vicios que pretenden inmiscuirse en el alma del movimiento bolivariano. Lo peor que podemos hacer es rendirnos y dejar el espacio a quienes pretenden repetir lo aprendido en partidos que han ido desapareciendo al perder su motor ético y sus ideales, su contacto con el sentir colectivo.
La elección del 8 de agosto, es una oportunidad extraordinaria para que sobre el cansancio y el dolor que puede producir el ensañamiento del poder que abusa y se quiere imponer, incluso con burla y desprecio, por medios que no son del respeto a los seres humanos, llamemos a la batalla por principios y virtudes, defendamos la voluntad de nuestra gente y evitemos, en el ejercicio del mandato, del poder que es servicio, la repetición de lo que ahora a candidatos con sanas intenciones y principios, golpea y pretende frenar.
Es momento de revolución, dentro de la revolución, cómo repetía el mismo Chávez. Es con la práctica, con la lucha diaria, con grandezas de seres humanos, como nos podemos decir revolucionarios, no con una calificación que pretenda hacer alguien por más autoridad que piensa él mismo que pueda tener para calificar a otro compañero.
La batalla del 8 de agosto, es de verdad importante. Debemos darla con ánimo, con fe en nuestro pueblo, en la militancia de nuestro partido. Puede dar tristezas momentáneas, pero sin duda que es un ejercicio democrático, que, a pesar de las dificultades, va apuntando a que brille, con la consciencia de la gente, con su sabiduría, con su valor, el ideal de la virtud y del trabajo, únicos elementos para hacer la revolución que nos signifique, que nos transforme, que nos encamine hacia la construcción del nuevo ser humano, armónico y fraterno con otros seres, animados e inanimados. Con las piedras de Zoe en la bajada del Ávila hacia La Guaira, con los árboles de Saint Exupéry en El principito, con el lobo y los animales hermanos de Francisco de Asís, con el hombre y mujer que en boca de Alekos Panagoulis describía Oriana Fallaci.
La lucha sin rabia, sin odios, sin venganzas que debemos colocar en manos de nuestro pueblo este próximo domingo. Entre la virtud, el trabajo, el servicio y la amenaza, el chantaje y el abuso, no tenemos duda de que nuestro pueblo va a escoger bien y sin temor alguno.