Pedro Morales *
Dice el apóstol san Pablo en su carta a los Gálatas 1,8-11: “Pero aun si alguno de nosotros o un ángel del cielo les predicara acerca de un evangelio diferente del que hemos predicado, sea anatema. Como ya lo hemos dicho, ahora lo repito: si alguien anda predicando un mensaje distinto del que recibieron, ¡que caiga bajo maldición! Entonces, ¿busco ganarme la aprobación humana o la de Dios? ¿Piensan que procuro agradar a los demás? Si yo buscara agradar a otros, no sería siervo de Cristo. Quiero que sepan, hermanos, que el evangelio anunciado por mí no es invención humana”.
En la actualidad prevalece un enorme silencio porque no se dice lo que se debe decir, o se emplea el doble discurso para confundir e inclinar a la persona al mal, todo a través de trastocar las Sagradas Escrituras en complacencia a determinados grupos (promocionando un evangelio de invención humana ajustado a intereses desleales y contrario a las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo), lo cual viene sintetizado en la incongruencia entre pensamiento, verbo y proceder. Y si esto llega ocurrir con una persona que fue llamada por Dios para que hable y no habla o confunde, determina un escándalo por lo que su condición equivale a la de un traidor, apostata o anatema.
Ante tal planteamiento sígase con atención la siguiente disertación (1):
« La misión principal de Jesús cuando se encarnó, fue salvarnos de nuestros pecados. Jesús dijo que vino por los pecadores en varios pasajes de la Biblia, “no he venido a llamar a los justos, sino pecadores al arrepentimiento” (Lucas 5). Y la Iglesia siempre ha tomado muy en serio el pecado y advertido sobre él constantemente. Mientras la actividad principal del maligno ha sido corromper a los cristianos para que pequen, y tentar a los que tienen autoridad eclesial, para que hagan la vista gorda al pecado y hasta lo minimicen. Hoy esta lucha ha estado escalando notoriamente. Cada vez leemos más declaraciones de altos prelados vaticanos que sugieren que no nos preocupemos tanto por el pecado. Y sugieren que algunas conductas que antes se consideraban pecados tal vez no lo sean tanto.
Por ejemplo, la Academia Vaticana por la vida ha hecho esfuerzos por cambiar la estigmatización del pecado contra la vida, nombrando a nuevos miembros que apoyan directamente pecados contra la vida. Hay algunos sacerdotes de alto perfil, que abogan por cambiar la doctrina católica sobre la sexualidad humana, y proclaman que la no heterosexualidad activa no es pecaminosa. Abogan por cambiar el Catecismo, que la considera una conducta desordenada. Otros están pidiendo la ordenación de sacerdotes no heterosexuales. Por otro lado se está poniendo mucho énfasis en las causas que eximen a las personas de haber cometido un pecado, e incluso que se absuelvan todos los pecados en el confesionario, así no muestren signos de arrepentimiento.
Además ha crecido otra modalidad, reafirmar la doctrina de palabra, de vez en cuando, mientras que se hacen gestos que apuntan a lo contrario, como elogiar a personas que promueven el pecado, nombrarlos en puestos importantes, etc. Esta confusión deliberada tiene por objetivo cambiar la opinión de los fieles comunes sobre el pecado. Pero cuidado, porque confundir deliberadamente a los demás sobre el bien y el mal es un pecado en sí mismo, se llama escándalo. El Catecismo numera 2284 dice que el escandalo es una falta grave si por acción u omisión, otro es inducido deliberadamente a cometer una falta grave. Y en el numeral 2285 agrega que el escándalo es especialmente grave cuando lo producen quienes por naturaleza o por oficio están obligados a enseñar y educar a los demás.
Numerosas encuestas han demostrado que la mayoría de los católicos en todo el mundo, aprueban ahora comportamientos que, según las enseñanzas de la Iglesia, son inherentemente pecaminosos. De modo que la nueva tendencia de buena parte de prelados y del clero, relativizando el pecado, ha estado aumentando el pecado entre los fieles.
Mientras tanto Nuestra Señora se está apareciendo para alentar de lo contrario. Está queriendo que tengamos una mejor comprensión de la realidad y la gravedad de nuestro pecado, del daño que nos hacemos nosotros mismos y del daño que hacemos a los demás.
Uno de los mensajes clave de las apariciones de Fátima fue la importancia del arrepentimiento y la oración, como medios para evitar el pecado y sus consecuencias. La Virgen María reveló a los pastorcitos visiones del infierno, y lo definió como el lugar donde van los pobres pecadores. Y les pidió que ofrecieran sacrificios y oraciones por la conversión de los pecadores, para evitar que más almas se pierdan en el pecado. También Nuestra Señora afirmó que la mayoría de las personas van al infierno debido a los pecados de la carne.
Pero esto es lo contrario de lo que la nueva tendencia de muchos prelados y sacerdotes sugieren, dicen que se presta demasiada atención a “pecados debajo de la cintura“. Pero resulta que no es que los pecados sexuales sean más graves que otros pecados, sino que las tentaciones que llevan a los pecados sexuales hoy, son mucho más frecuentes que otras tentaciones que podrían conducir al infierno.
Y hay una aparición mariana, donde la lucha contra el pecado es el centro de la purificación del mundo y de la vuelta a Dios. Al punto que la estrategia del Cielo para que la humanidad se convierta, es mostrarle el pecado a cada uno tal como Dios lo ve. Entre 1961 y 1965, en el pequeño pueblo español de Garabandal (España), Nuestra Señora del Carmen apareció en numerosas ocasiones, a cuatro niñas de entre 11 y 12 años.
Se trata de una aparición aun no aprobada, que tuvo la resistencia del clero, porque en el último mensaje, en 1965, dijo: “Antes la copa se estaba llenando, ahora se está rebosando. Muchos cardenales, obispos y sacerdotes van por el camino de la perdición, y con ellos llevan a muchas almas. A la Eucaristía cada vez se le da menos importancia. Debéis evitar la ira de Dios sobre vosotros con vuestros esfuerzos. Si le pedís perdón con vuestras almas sinceras, Él os perdonará. Yo, vuestra Madre, por intercesión del Ángel Gabriel, os quiero decir que os enmendéis. Ya estáis en los últimos avisos”.
Esta aparición está ganando cada vez más atención, porque su contenido no sólo se está en línea con las apariciones de Fátima, sino que el mensaje parece incluso más actual que en ese momento, en que aún se había destapado la crisis de los abusos en la Iglesia, ni tan claramente la apostasía. El mensaje que recibieron las niñas es opuesto a la actitud que vemos emerger de la línea principal de los prelados.
Nuestra Señora no les sugirió a las niñas que adoptaran una actitud más relajada hacia el pecado. Sino por el contrario, que sentirían la culpa por el pecado cometido. Les profetizó la llegada del Aviso o Iluminación de Conciencia, en que cada persona del planeta, creyente o incrédulo, vería sus pecados como Dios los ve. Cada persona verá la gravedad de sus pecados, no solo los pecados que cometió, sino también el bien que pudo haber hecho, pero no lo hizo. Y les dijo que para la mayoría sería una experiencia aterradora porque veríamos nuestras almas a la luz del juicio de Dios.
Pero también se vivirá como una gran bendición, porque será una oportunidad de pedir perdón y enmendar nuestras vidas. El Aviso parece ser exactamente la medicina adecuada para nuestros tiempos permisivos, y también el antídoto adecuado para el mensaje de que “el pecado no es gran cosa” que en la actualidad se promueve indirectamente.»
Consideraciones complementarias:
Aunque tiene un trasfondo en el ámbito de la necro economía y la necro política, el gran escándalo en lo global o el problema de fondo es de tipo moral, es el irrespeto o violación continua de la ley moral, a ley natural moral, es decir, la constante inclinación al pecado y la maldad que representa (expuestas en los 7 pecados capitales). Esto es lo que caracteriza nuestra problemática. Es el individuo con sus hábitos negativos (que conducen al pecado), los que nos están destruyendo como persona y como sociedad (o viceversa).
Oportuno citar la concepción de san Juan Pablo II (1984) en torno al pecado social: “todo pecado cometido contra los derechos de la persona humana, comenzando por el derecho a la vida…Contra la dignidad y el honor del prójimo. Contra el bien común y sus exigencias, dentro del amplio panorama de los derechos y deberes de los ciudadanos. El de obra u omisión por parte de dirigentes políticos que aun pudiéndolo, no se empeñan con sabiduría en el mejoramiento o en la transformación de la sociedad según las exigencias y las posibilidades del momento histórico…”
Igualmente otra arista relevante en el análisis, lo constituyen los mundos o realidades paralelas que se observan en la cotidianidad. En la situación estudiada está en su pleno apogeo la física cuántica en su noción más elemental, en el sentido que los individuos en su inconsciente interacción del sistema creencias, pensamiento, emoción, sentimiento y actuación construyen una realidad.
Realidad que pareciera la misma para todos, pero aunque puede ser coincidente para un grupo, en definitiva es diferente para las personas. Y todo ello porque en esencia aquí lo que está emergiendo y fluyendo es energía, que no se destruye sino que se encuentra en continua transformación, traducidas en actuaciones positivas (amor, gratitud, misericordia, etc.) o negativas (rabia, ira, odio, etc.); y eso es lo que se evidencia en la humanidad en su conjunto, en una especie de un sistema globalista de corte neofeudal.
“¡Al final el Inmaculado Corazón de la Virgen María triunfará!”
Referencia:
(1) Foro de la Virgen (2023). ¿Qué hacer con el escándalo del pecado en la Iglesia? La ¡Virgen María responde!
Fuente: “Perspectiva Económica y Académica Contemporánea”. UNET. Años: 2018 a 2023. Pedro Morales. Postulante a Rector de la Universidad Nacional Experimental del Táchira (UNET)
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