Porfirio Parada
Francisco de Miranda
Habrá gente que no ha escuchado de él, pero quién no ha oído, hablar, nombrar, escribir, pensar, comentar, ilustrar sobre Francisco de Miranda. Bueno una persona, personaje, personalidad que sigue viviendo en las tertulias, en las bodegas, corazones, pensamientos, visiones, en salas entre historiadores y público en general. Vive en el pensamiento de un catedrático, intelectual, pero también en el regurgite de un agitado hablador de sus sapiencias, hablando hasta atorarse de Miranda entre tragos en cualquier reunión de las regiones del país. Vive en el curioso por la historia de Venezuela, en el interés por América, por las historias de los pueblos, por las derrotas y los triunfos, respira en el pensar, y pensando se puede llegar a crear un ideal, y si se vuelve muy político toma las fuerzas de un idealismo. Miranda es eso y mucho más, es una marca de la nación, como Marcos Pérez Jiménez, Farmatodo, Polar, La Vinotinto, el Pabellón Criollo, Simón Díaz, dicen que es el venezolano más universal. Leo a Wikipedia (Voy a citar la página varias veces en este texto) “La Orden Francisco de Miranda es una distinción de Venezuela creada el 28 de julio de 1939 bajo la presidencia del general Isaías Medina Angarita, destinada a premiar los servicios hechos a la ciencia, al progreso del país y al mérito sobresaliente”. Bueno empecemos.
De primera puedo escribir que poco he leído y poco conozco de su vida. Mis registros como cualquier venezolano son de la calle, del ambiente familiar, la escuela, la primaria, secundaria, universidad. De niño, adolescente, empiezas sin querer escuchar su nombre en repetidas veces, se lo preguntan en la hoja de examen, lo escuchas en la conversa y en la inteligencia, su nombre está en muchas instituciones educativas, hay avenidas, destinos geográficos donde es nombrado. En discursos, habladera de paja, en ponencias. Pero de lo poco que sé, mi conexión con el país, y breves lecturas, puede compartir algunas impresiones del hombre. Mi señora madre, mujer culta, de lectura silenciosa, la he escuchado hablar de su vida, incluso ha hecho lecturas sobre sus viajes y carrera militar. Como anécdota errante, En el 2006, el gran Diego Rísquez dirige la película Francisco de Miranda, Vidalia, mi mamá (algunas veces le digo Vida como la nombraba también en vida mi tía Gisela) me invita al Cine Pirineos para ver el estreno de la película, le dije que no, porque estaba en otras vainas, que pena para mí porque con el pasar de los años me he interesado por el personaje y todavía no he visto la película.
Nace el 28 de marzo de 1750 en Caracas. Según Wikipedia, se lee: “fue un político, militar, diplomático, escritor, humanista e ideólogo venezolano, considerado como el precursor de la emancipación americana contra el Imperio español”. En otra parte se lee y creo que resume sus grandes hazañas, gestas, conspiraciones, y más: “participó en los tres grandes movimientos históricos y políticos de su tiempo: guerra de Independencia de los Estados Unidos, Revolución francesa y guerras de independencia hispanoamericanas” ¿Qué he escuchado de la calle sobre Francisco de Miranda? Bueno que fue masón, que trajo la masonería a Venezuela, o sea, fue fundador. Conoció la logia en Europa. He escuchado que está en el Arco del Triunfo en París, Francia, muy emblemático e histórico, un día ingresé a internet y busqué Arco del Triunfo y aparecía entre los nombres MIRANDA. Hace años, un hombre mayor que yo, no por muchos años, estábamos hablando de historia, entre la realidad y el chiste, me dijo entre efímeras pero exhibidas risas que Miranda “coleccionaba los pelos de las cucas de las mujeres después de tener sexo”. A la mierda, me reí de una, no lo podía creer. “El bicho se los arrancaba qué loco”. Me decía.
Otra vez Wikipedia: “En La Vela de Coro, el Generalísimo Francisco de Miranda el 3 de agosto de 1806, izó por primera vez en suelo venezolano la bandera tricolor”. La corbeta se llamaba El Leander. También he escuchado en la calle que hablan sobre él y la bandera, colores patrios en otras posiciones, otros colores. La excelente historiadora caraqueña Ines Quintero, publica en el 2006 (mismo año de la película de Risquez) su libro llamado Francisco de Miranda. Pero entre lo leído y lo olvidado, lo que aún conservo en la memoria, está una obra que descubrí del ensayista de Mérida, Mariano Picón Salas, en 1946 el escritor publica Miranda. Lo leí varios años atrás, y quedé muy impactado con su lectura, y apenas me daba cuenta de su vida, su mito, su realidad, sus fracasos. En este libro supe que el tipo era muy culto, le gustaba leer, supe que tenía un aire aventurero, conspirador, rebelde, esos hombres inteligentes que se salen con la suya. Supe que el hombre se cambiaba los nombres, cambiaba de identidad, cuando viajaba de un país a otro, mentía sobre su nombre para que no lo mataran o metieran preso. Leía entretenido, que a Miranda le gustaban las artes, conocía sobre pintores, poseía obras de arte, conversaba con gente importante en Europa sobre los grandes artistas de esos tiempos y tiempos anteriores. Parecía o era un crítico de arte. Pero El Generalísimo fue humano y errante, sus desaciertos, y equivocaciones, tuvieron consecuencias. Pero resistía, sobrevivía. A Miranda en un momento de sus años lo buscaba un país, con sus amenazas y sus armas y él sabía cómo desaparecer.
Sin dejar de escribir de este pequeño gran mundo de Miranda, sobre una obra en lienzo de arte inmortal. El pintor venezolano Arturo Michelena, creó una de las obras artísticas más recordadas por los venezolanos en el año de 1896. Miranda en La Carraca. Cuando estuvo preso en España, y donde murió. También he escuchado la diatriba sobre ¿Quién traicionó a quién? Entre el Libertador Simón Bolívar y Francisco de Miranda. Miranda se llama un estado de Venezuela, siendo su capital Los Teques. Hay una placa en una parte de Londres, donde dice que en esa casa vivió Francisco de Miranda. Un hombre astuto. Habitante del mundo y convencido del mundo que estaba creando. Llegó a tocar la flauta, le gustaba la poesía. Usaba un arete en la oreja. Conoció a líderes del mundo, presidentes y reyes, conoció mucha gente. También una vez escuché que él tiene una famosa frase sobre “bochinche”, decía que todo era un bochinche, parafraseando. Su vida se seguirá escribiendo en las voces de los venezolanos fuera y dentro del país. En los encuentros y desencuentros con la historia nuestra. En las nuevas luchas, en los viejos debates. Su figura se seguirá conociendo como quien quiere explorar la geografía del país, más allá de todo lo que se ha escrito, dicho o pensado, su nombre es un destino patrio, universal, aventurero, donde algunas veces se recorre pensando en Venezuela.
Porfirio Parada
Lic. Comunicación Social
Locutor de La Nación Radio