Alfredo Monsalve López
Aclaro. No tengo ningún título en economía. Pero, en nuestra opinión, no es necesario tenerlo para emitir juicio sobre lo que ocurre, desde hace algunos años, en este sector de nuestra malograda, descalificada y arruinada Venezuela. Epa, y a punto de recibir un “nockout” fulminante. Eso dicen los que si saben del asunto. Dicho sea de paso, el problema está en la palestra nacional e internacional. No obstante, el tema económico a pesar de los responsables de las políticas en la economía venezolana, pareciera que la culpa es de los últimos dos o tres presidentes “yanquis”. Mas no de los dos mandatarios (el difunto y Maduro) del régimen que tienen la obligación constitucional; y además, son más de 20 años en el poder. Éste último, al parecer va a terminar su 2do período con una Venezuela “bella”, con una Venezuela en el “Mar de la felicidad”. Eso argumentan. Pienso que es válido acotar, una de las expresiones altisonante del difunto presidente: “…que me pongan el precio del barril de petróleo en cero…”. “…Venezuela tiene las mayores reservas de gas en el planeta…”. ¡Oh sorpresa! Los ciudadanos debemos hacer maromas para poder conseguir gasolina y gas. La gran pregunta: ¿cómo se explica que se tenga que importar combustible desde Irán para paliar la gravísima crisis de gasolina que hoy aflora hasta en la Gran Caracas? Porque en algunos estados, tales como Táchira, Mérida, Lara, Zulia, entre otros, desde hace años, la gente duerme hasta en sus vehículos para poder surtir el preciado líquido. Yo lo llamo desamparo, infelicidad, desesperanza, miseria humana. A mi modo de ver, no hay otra connotación.
Y observen una pequeña crónica (¿pequeña?) como ejemplo de una economía miserable. En el momento que redacto este artículo (domingo 31/05/2020), “bajaron el swiche” eléctrico a las 6:30am y es la 1 con 10 min pm (casi 7 horas), y aquí estoy esperando que “llegue” para poder ingresar a Internet y enviarles información a los niños, niñas y adolescentes del Colegio. La pregunta obligada: ¿puede, por ejemplo, un expendio de carne aguantar en su refrigerador esa cantidad y hasta más horas sin que se le dañe su producto? Es más, en función de esta super anomalía, muchos comercios (ferreterías, licorerías, tiendas de ropa y calzado, farmacias, panaderías, quincallas…), se han visto en la necesidad de vender productos que no les compete en “tarantines”. Por ejemplo, plátanos, cambures, verduras, harina de maíz, chorizo, jabón, champoo, la mayoría traídos de Cúcuta (Colombia). Estoy hablando de la ciudad de Rubio, Táchira. Otra pregunta: ¿Cómo se explica que con las fronteras cerradas, la gente transita sin problemas para buscar su mercancía? “Vengan para que lo vean”, era una expresión del fallecido narrador deportivo Musiu LaCavalerie.
Por cierto, en Rubio, hay una vía llamada “Calle Colombia”. Allí usted encuentra de todo. Traído del hermano país. Algunos “comerciantes” no aceptan bolívares sino pesos. Y muchos de ellos se aprovechan, porque no hay quien los ponga en cintura. Abusan de la nobleza de quien cae en sus maquiavélicos “juegos comerciales”. Un caso (personal), que me llama a la reflexión: la semana pasada llevo mi vehículo (4 cilindros) para que le arreglen el croche. Le pregunto al individuo cuánto me va a cobrar y a la vez le advierto que no manejo pesos sino Bs, Me responde “no sé preocupe señor, eso no le sale muy caro, ahí arreglamos”. Le dejé el carro. Me fui y regresé al mediodía. Una vez terminada su faena, le pregunto: ¿Cuánto le debo? Me respondió: “Son 100 mil pesos”. Solo atine a exclamar: ¡Qué? Casi me da un patatús. Le pregunto: ¿y eso cuanto es en Bs? Sacó una calculadora, “al cambio 0,023 le sale en unos 4 millones 300 mil”. Le explico que no tengo efectivo pero le puedo hacer una transferencia bancaria. El “mecánico” miro el cielo nublado y me respondió: “bueno, por transferencia le sale un poco más (a 0.015), unos 7 millones de Bs.”. Estimados lectores, esta cuartilla (hoja) no alcanza para expresar la miseria de economía que está viviendo nuestra querida Venezuela. Y ustedes lo saben. Menos el régimen y su cúpula. Digo yo. No sé. Saquen sus conclusiones. Queda abierto el debate. Cuídense.